Carta abierta a nuestro Jardín Botánico de Santo Domingo

11-07-2025
Medioambiente
Ojalá, República Dominicana
Compartir:
Compartir:

A ti, Jardín Botánico, no te escribo para consolarte, como se consuela a quien le arrancan parte de su alma?, te escribo para honrar tu silencio antes del atropello, para abrazar tus raíces antes de que las corten,
para llorar contigo lo que ya duele, aunque aún no ha sido destruido.

No me dirijo a las instituciones ni a sus dis-funcionarios, sería como hablarle al mármol frío, sordo, ajeno, porque su ambición los deshumaniza, tu en cambio, sigues respirando, cuidándonos en silencio.

“Cuidar un bosque es cuidar lo que nos cuida”

Respiras por nosotros, con cada hoja, cada gota de rocío, cada ala diminuta que te visita,
eres el pulmón de un pueblo que ha olvidado como se siente el aire limpio, eres memoria vegetal, medicina viva, susurro del mundo que aún cree en nosotros y ahora, quieren abrirte una herida de asfalto,
como si el progreso fuera velocidad y no profundidad, como si la prisa pudiera ser más valiosa que el oxígeno.

Tan pobre de espíritu son esos desalmados, que no se les ocurre bordearte, hacer un elevado o simplemente legislar de manera pulcra, no!, lo que desean es atravesarte y destruirte!, lo peor de la destrucción es que suele pasar por progreso y tu Jardín, eres la víctima de esa ilusión destructiva.
No te están quitando tierra,
te están amputando dignidad, historia, salud, alma común y lo hacen en nombre de un falso progreso.

“La vida sin árboles no merece ese nombre.”

Ay, si los árboles pudieran gritar, temblarían los cimientos de esta ciudad, pero tu no gritas, tu callas, no exiges, pero ofreces, no te impones, pero sostienes.

Hoy, con esta carta, te pedimos perdón, no por lo que hicimos, sino por lo que no vamos poder impedir.

“La naturaleza no es un lugar que se visita, es el hogar.”

Y Jardín, eres hogar, escuela, templo, refugio, por eso, vivirás en cada semilla que despierte indignación, en cada abrazo que se atreva a protestar con ternura, en cada voz que elija la raíz, en vez del cemento.
Hoy respiramos gracias a ti!
En algún momento, volveremos a ti, porque lo verde es un verbo, cuidar, crecer, perdonar.

Oremos para que los disfuncionarios vuelvan al silencio vegetal, para recordarles quiénes son realmente, sin verde, no solo nosotros, tampoco ellos podrán seguir existiendo.