Bomberos forestales: héroes sin amparo
El 31 de diciembre, a medianoche, la mayoría se deleitaba junto a sus familias con los fabulosos colores de fuegos artificiales.
Sin embargo, en lo alto de la Sierra de Bahoruco, un puñado de hombres solitarios se enfrentaba cara a cara con el fuego real, inmenso y devastador.
Es un grupo pequeño, en todo el país no llegan a 70, por eso tienen que moverse constantemente de monte en monte, de fuego en fuego: simplemente no dan abasto.
El 30 de diciembre, el contubernio fatal del descuido y la acechanza se fueron de rumba, de su affair resultó un parto incendiario que ya suma más de 15 kilómetros de bosque nublado convertido en cenizas.
Así que en lugar de estar con sus familias, los héroes de siempre, los bomberos forestales del Cibao, en especial de La Vega y Jarabacoa, fueron trasladados a 6 horas de distancia hasta las fronteras del sur.
La razón de su presencia es todavía más aberrante: en esa zona no hay suficiente personal entrenado, a pesar contar con la glamurosa reserva de la biósfera Jaragua-Bahoruco-Enriquillo.
Ese sur, rico en bellezas y parques nacionales, cada vez que se enciende una chispa por allá apenas aparece quien los apague: los que sabían hacerlo fueron reemplazados, las nóminas y nominillas se han duplicado, pero de esos que están cobrando casi nadie quiere enfrentarse a la candela.
Mientras tanto, unos cuantos humildes hombres, con más valor y coraje que cualquiera, dignos de mejor suerte, con salarios de miseria (rayando en la indigencia), parece que sólo son buenos «para salir en la foto» y ser taparetes de anuncios vacíos: ¡De once a 14 mil pesos al mes! Ganan en promedio los héroes de esta película.
Parece que eso es todo lo que merecen: para la «muvi», ministros vienen y ministros van. Plenos de sonrisas y rodeados de hacedores de imágenes, posan con ellos, los elogian, los ponderan, pero una vez apagado el fuego, que más da: ¡Los olvidan!
A pesar de las apariencias, la gestión actual no ha sido diferente: desde marzo de 2021 les han prometido un aumento salarial o «nombrar» los que son nominales (que no cobran desde octubre), pero de igual forma sólo han quedado bonitos para en figureo en las redes, ¡Cuanta pena, cuánta vergüenza, cuanta impotencia!
Un puñado de asesores y asistentes que no llegan a 10 tienen más ingresos que todo el equipo de bomberos forestales juntos… y aún así siguen batallando: desamparados, mal equipados, mal pagados y a punto de colapsar: si eso es justo, que venga DIOS y lo vea.
¡Hasta el próximo incendio!