Todos los expertos de meteorología están de acuerdo en que se avecina un cambio radical en el tiempo en los próximos meses. Y es que, la transición de El Niño a La Niña plantea un cambio significativo en el panorama climático mundial.

Mientras que El Niño ha contribuido a temperaturas más altas en los últimos meses, La Niña traerá consigo un descenso generalizado de las temperaturas en todo el planeta. Además, se espera que este fenómeno intensifique la actividad de los huracanes, lo que podría tener repercusiones importantes en diversas regiones del mundo.

En el caso de España, los efectos de La Niña aún no están del todo claros. Si bien las aguas del Pacífico ecuatorial ya muestran signos de enfriamiento, lo que indica la llegada inminente de este fenómeno, todavía no se pueden hacer predicciones precisas sobre su impacto específico en nuestro país.

No obstante, varios expertos coinciden en que es probable que los efectos se hagan notar a partir de este verano y se prolonguen hasta febrero del próximo año. 

Mario Picazo afirmaba recientemente en Twitter que ya se ven indicios del impacto de La Niña: «La Niña sacando pecho ya en el Pacífico ecuatorial. Las anomalías de temperatura negativa (agua más fría de la media) empiezan a extenderse desde las costas de Perú y Ecuador hacia el Pacífico central»

A pesar de la incertidumbre sobre el impacto exacto de La Niña en España, los meteorólogos no prevén un cambio drástico en las condiciones climáticas del verano. Se espera que los meses próximos sigan siendo cálidos en nuestro país, aunque con la posibilidad de variaciones en algunas regiones debido a la influencia de este fenómeno global.

En resumen, la transición de El Niño a La Niña marca un cambio relevante en el panorama meteorológico global, con la promesa de temperaturas más frescas y una mayor actividad de huracanes en algunas áreas.