Jardín Botánico Nacional arriba a su aniversario 49 con los vientos en contra

13-08-2025
Medioambiente
Hoy, República Dominicana
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Estoy relacionado con el Jardín Botánico Nacional desde el año de 1979, tres años después de su fundación y un poco después del paso de los huracanes David y Federico; fenómenos atmosféricos que provocaron serios daños a la arboleda y a las colecciones de plantas. Tengo más de media vida ligado al quehacer científico y administrativo de nuestro Jardín.  

Inicié como técnico asistente de renombrados botánicos extranjeros contratados para escribir algunos tomos de la flora dominicana, como parte del Departamento de Botánica.

Después de una intensa labor realizada, 18 años de mi ingreso fui nombrado Director, en 1997; no sin antes dirigir el Departamento de Botánica, el más importante de la institución.  A los pocos meses de asumir el cargo, ocurrió el Huracán George que destruyó casi por completo al Jardín.

Con muy pocos recursos, pero con la decisión férrea de todo el personal, literalmente fue levantado de los escombros, en corto tiempo.

Decenas de árboles y arbustos que hoy crecen en el Botánico fueron alzados en ese proceso y muchos otros de los adornan a esta institución, sus semillas fueron traídas de distintos lugares, germinadas, sembradas y cuidadas con esmero por el equipo técnico bajo nuestra coordinación.

También, durante mi gestión fueron construidos los pabellones de Los Helechos, el de Orquídeas, el Rosal, Plantas Medicinales, Cactus y Suculentas, la Laguna del Palmar y el edificio de botánica y el Herbario Nacional y de los 140 mil ejemplares que conforman la colección del herbario, unos 40 mil son el resultado de nuestro trabajo, en compañía de un excelente equipo técnico.

Estas precisiones se hacen con el único interés de establecer las razones que inspiran y soportan mi planteamiento.

Siempre he defendido la integridad nuestro Jardín Botánico, lo hice la vez pasada cuando intentaron mutilar el área frontal, tal y como se pretende ahora; los periódicos y las notas de radio y televisión están ahí como evidencia de mi clara objeción a estos irracionales intentos.

Ayer como hoy, bajo los mismos principios, criterios y argumentos me sumo al reclamo ciudadano de que el Jardín es un espacio que no debe tocarse; defiendo la integralidad este Jardín, que no es solo un espacio verde, es uno de los ecosistemas urbanos más importantes  y apreciados por la nación dominicana; su valor no puede medirse solo por los metros cuadrados que ocupa sino también por el conocimiento científico que guarda y promueve, los invaluables servicios ambientales que proporciona y la valiosa biodiversidad que atesora.

Un hecho que no podemos pasar por alto fue la forma en que se desarrolló la presentación del proyecto de ampliación de la Av. República de Colombia, el miércoles 23 de julio, dirigida por los señores ministros de la Presidencia, Obras Públicas y de Medioambiente, celebrada en el Domo mayor del Jardín, repleto de partidarios políticos, contrastando con la inesperada ausencia de naturalistas, ambientalistas, miembros del Club de Caminantes del Jardín, de la Sociedad Dominicana de Orquideología y los integrantes del Voluntariado del Jardín, a los que no se tuvo la cortesía de invitar y debieron estar presentes.

Quedó la impresión generalizada, de que fue una actividad improvisada, probablemente fruto de la prisa con que se convocó, se evidenció inseguridad en lo planteado por el representante de la compañía escogida para construcción de la obra, las fechas estimadas fueron inseguras y los plazos de ejecución del proyecto difusos e imprecisos. 

El anuncio de que solo utilizarían las aceras de ambos lados de la Av. República de Colombia para construir los dos carriles contemplados en el proyecto me dejó un mal sabor, profundas dudas y mucha preocupación, debido a que las dos aceras no tienen el ancho suficiente para tales fines.

A nuestro entender esta actividad y lo anunciado respondió a una desafortunada estrategia de gestión de crisis para intentar apaciguar el creciente reclamo de la sociedad dominicana que clama respeto para la integralidad de su Jardín Botánico, pero olvidaron que el señor presidente de la República, Lic. Luis Abinader, había asegurado al país cuatro días antes, en “La Semanal” del lunes 19, que el Jardín Botánico no se tocará. Yo sigo creyendo en la palabra empeñada del señor Presidente.

Para analizar con detalle y precisión los datos revelados en dicho anuncio he tomado las medidas de las aceras; tienen un ancho de 2.60 metros y para construir un nuevo carril, tendrían que tomar unos 3.5 metros adicionales del área verde, lo que sumarían unos 6.10 metros que se utilizarían para dicho carril y para la nueva acera; si se multiplica 6.10 metros por el largo de la pared frontal del Botánico, que alcanza unos 970 metros de largo, se le estarían quitando unos 5,917 metros cuadrados al área frontal del Jardín.

Como el ancho desde el contén hasta la pared es 6.60 metros, si le restamos los 6.1metros de ancho del nuevo y carril con su acera, solo quedará libre una angosta franja de 60 centímetros, algo inaceptable. No se ha mencionado los metros cuadrados que les quitarán a los propietarios localizados en la acera opuesta al Jardín.

Con esta acción se arruinaría totalmente el diseño original de este importante e inestimable pulmón de la ciudad de Santo Domingo, el que, al eliminársele la hermosa y frondosa barrera vegetal compuesta por la impresionante hilera de palmas, árboles y césped, quedaría arrinconado entre el pavimento y la pared, esto le provocaría un daño irreversible a la silueta de ese espectacular paisaje frontal, dejando al Jardín expuesto al ruido, a las emisiones de gases de efecto invernadero y a las altas temperaturas que se producirán.

Indiscutiblemente, si esto se permite, nuestro Jardín jamás será el mismo.

También, la entrada y salida de los empleados y visitantes al Jardín será muy riesgosa, ya que el parqueo quedaría al borde de la vía y para la seguridad estas personas no se ha contemplado ningún detalle; así mismo, el sendero de la periferia del Jardín, el que cientos de caminantes utilizan todos los días para ejercitarse, penosamente quedará exiguo y maltrecho, dando aquiescencia a la afirmación de que “el urbanismo ha dejado de pensar en el ciudadano para servir al automóvil, al capital y a la urgencia de lo rentable”.

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Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael M. Moscoso

Otro aspecto de relevancia al que me quiero referir es al alegato de que las áreas exteriores que rodean al Jardín no son parte íntegra de esta institución, la verdad es que este espacio juega la importante función de una zona de amortiguamiento que disminuye el impacto de la trama vial sobre la biodiversidad que alberga esta indiscutible área de conservación.

Es por esa razón que, en los 49 años de existencia del Botánico, este siempre ha tenido la responsabilidad de la vigilancia, del mantenimiento, limpieza, siembra de árboles y el cuidado de la gran arboleda que se ha logrado establecer, conservar y proteger hasta este momento.

No es necesario precisar que para ejecutar las labores arriba enumeradas, la institución ha invertido millones de pesos, un gran esfuerzo técnico realizado para poder mantener de manera apropiada ese entorno.

Para reforzar lo antes expuesto, me permito comentar lo que el arquitecto Benjamín Paiewonsky, diseñador de este Jardín, exponía de forma vehemente en sus cátedras, mientras explicaba a sus estudiantes de arquitectura, quienes eran llevados al Jardín para mostrarles los innovadores criterios arquitectónicos aplicados en los diseños de los edificios y en los distintos paisajes y jardines.

En cuanto al porqué no se construyó la verja perimetral en el borde de las aceras, explicaba, “que la verja no fue construida en el borde de las aceras, debido a que la hubieran considerado grotesca y poco estética para un Jardín Botánico, definiendo su función de mantener la seguridad de las instalaciones y del público visitante”.

Con relación a la franja de vegetación establecida en todo el entorno, les decía, “que esta se desempeñaba como una zona de amortiguamiento, evidenciando que, desde el principio, este espacio formaba parte integral del diseño original de este gran proyecto; reiteraba,  que “esa cortina verde se estableció para disipar y disimular la presencia de la pared y para que el Jardín no pareciera enclaustrado entre cuatro paredes”. Decía también, “que otras funciones  de esta importante franja de vegetación son: era darle integridad ecosistémica a este pulmón verde, como un área de conservación ex situ de interesantes especies nativas y endémicas de la flora dominicana y  para que funcionara como un espacio adecuado para que el público pudiera disfrutar de las bondades del Jardín, sin tener que estar en su interior”.

En cuanto a las inversiones anunciadas para ejecutarse en el Jardín Botánico, las considero positivas, aunque hay otras necesidades mucho más perentorias que no debería postergarse su ejecución por más tiempo.

De cara a la celebración en el próximo año 2026 del Congreso Internacional Puentes Botánicos, evento que reúne a cientos de científicos de distintos países, considero que, para tan importante ocasión, el Jardín debe lucir sus mejores galas en los aspectos paisajísticos y que los departamentos científicos estén en condiciones inmejorables para acoger a tan dignos visitantes. Para lograr esto es necesario y conveniente priorizar lo siguiente:

 1. El saneamiento de la gran cañada y canalización subterránea de sus aguas con el sistema de alcantarillado correspondiente en su tránsito por el Jardín Botánico.

Esta corriente de aguas residuales y pestilentes, cargadas de desechos sólidos, han convertido a un ambiente prístino en el pasado, en una cloaca que mantiene enfermo el corazón de uno de los mejores valorados Jardines Botánicos del mundo.

2- Es de suma importancia la compra de 20 gabinetes especiales para descongestionar las más de 140 mil muestras disecadas que se guardan en nuestro Herbario Nacional y al mismo tiempo darle cabida a otra considerable cantidad de especímenes, que por la falta de espacio están empacados en cajas de cartón, en condiciones proclive al ataque de los insectos y polillas que corroen la materia vegetal.

Esta valiosa colección botánica es el resultado del trabajo de más 40 años, realizado por renombrados científicos nacionales y extranjeros que han herborizado en toda la Isla Española, como parte de un inventario general de nuestra flora.

Como nuestro Herbario será un centro obligado de consulta, tiene que lucir impecable, como fue elogiado por los cientos de científicos que asistieron en el 2006 al lX Congreso Latinoamericano de Botánica, del que nuestro Jardín Botánico fue la cede.

Como complemento, es necesario también la adquisición de nuevas unidades de acondicionadores de aire para la aclimatación del edificio del Departamento de Botánica para que se asegure la efectiva protección de esta invaluable colección.

3- Es fundamental la asignación de recursos para la compra de material gastable de herbario, quizás contratar dos botánicos con experiencia en el manejo de colecciones botánicas para actualizar taxonómicamente a nuestro Herbario, debido a que los estudios moleculares aplicados en la taxonomía de plantas llevados a cabo en los últimos años han generado importantes cambios en cientos de taxones como son: Órdenes, familias, sub- familias, géneros y especies, labor a realizar sin demora.

Para este proyecto, es conveniente que se ofrezca entrenamiento y especialización a los biólogos que laboran en nuestro Herbario, para darle continuidad a tan importante labor científica.

4 – Reparación general de la verja perimetral, la que acusa un notable deterioro debido al robo frecuente de los hierros en distintos lugares de la pared. Esta labor es impostergable y de suma importancia para realzar la imagen de nuestro Jardín y garantizar la seguridad dentro del área.

 5- Reconstrucción del pabellón de las Plantas Acuáticas, una interesante área de conservación de la flora lacustre de la República Dominicana, que, por el estado de deterioro, hace bastante tiempo que no se les muestra a los estudiantes ni al público que visita al Jardín.

6- Retocar la museografía de los Dioramas, representativos de distintos ecosistemas de la República Dominicana, una herramienta educativa sobre ecología y ciencias ambientales de primer orden. Hace 20 años que se hizo una restauración completa a cargo del reconocido artista plástico Alberto Bass, conjuntamente con el museógrafo Manuel Cámpora, en el año 2000.

Es conveniente destacar que en la realización de esta hermosa museografía participaron renombrados pintores y artistas plásticos dominicanos y extranjeros como son: Hilario Rodríguez, Bernardo Prats, Ramón Canals, Patricia Faver y Alberto Bass, bajo la dirección del museógrafo norteamericano Watson Perrigeaux.

La restauración de estos dioramas es de fundamental importancia debido a que cada uno, en sí mismo, es una obra de arte y su conjunto forma parte del patrimonio artístico dominicano, del que nuestro Jardín es el depositario del cuidado de esta colección artística.

7- Compra de las bombas eléctricas para poner a funcionar una de las impresionantes cascadas del Pabellón de los Helechos, así como la del Jardín Japonés y la de La Laguna del Palmar.

8- Construcción del techo del Pabellón de las Plantas Medicinales y reacondicionamientos de las áreas de exhibición con la siembra de las especies aromáticas y medicinales.

Para las obras que se proponen ejecutar, comparto las sugerencias de Claudia Rita Abreu, quien en un interesante artículo publicado en un periódico de amplia circulación, aconseja que en cada construcción se tomen en consideración los criterios arquitectónicos utilizados por el diseñador del Jardín Botánico, el Arquitecto Benjamín Paiewonsky, un renombrado e innovador catedrático universitario, quien se desempeñó como Director del Jardín por 20 años; un profesional con mucha sensibilidad y respeto hacia el medioambiente y que en sus diseños empleaba los conceptos de la arquitectura “Biofílica“ y la predominancia de la trama “Háptica”, buscando conectar a las personas con la naturaleza.

Finalmente, me identifico con todos los urbanistas, arquitectos, naturalistas y ambientalistas que se han expresado por distintos medios en contra de que el Jardín Botánico sea mutilado, sugiriendo  que la ingeniería busque una alternativa al tránsito de la Avenida República de Colombia, sin tocar al Jardín Botánico.

Considero que construyendo los elevados previstos en el proyecto presentado, sin tocar ninguna de las aceras, como se anunció, se dinamizará el paso vehicular en las intersecciones de la Avenida República de Colombia con Los Próceres, con La Carlos Pérez Ricart y con la Jacobo Majluta, que son los puntos en los que se producen los mayores entaponamientos.

De hacerse de esta manera, el costo del proyecto sería mucho más económico,  se conservaría la integridad e integralidad del Jardín Botánico Nacional, como lo reclama la población dominicana y se respetará la palabra empeñada por el señor Presidente Luis Abinader, quien afirmó con firmeza que el Jardín no se tocará. Confiamos en su palabra señor Presiente.

El autor fue:

Director General del Jardín Botánico Nacional, 1998-2009

Presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, 2011- 2016

Asesor honorífico del Jardín Botánico Nacional, 2009- presente

Miembro del Voluntariado del Jardín Botánico, 2021- presente.