Los jóvenes croatas se van de casa catorce años más tarde que los suecos. Es la brecha más grande de toda la Unión Europea: en Suecia, la edad media de abandono del hogar parental es incluso más temprana que la mayoría de edad, a los 17,8 años, mientras que en Croacia los jóvenes esperan hasta los 31,8 años. Las diferencias culturales contribuyen en parte a explicar estos desajustes ―en los países nórdicos el arraigo familiar es menor―, pero también tiene mucho que ver la situación económica de cada Estado.

No en vano, los países del sur de Europa son los que presentan edades de emancipación más elevadas. Son, también, los más pobres de la Unión Europea y los más afectadas por el desempleo juvenil. A agosto de 2020, España, Italia, Suecia y Portugal lideraban el ranking de países europeos con más adultos jóvenes (18-24 años) desempleados. El mal desempeño económico de los países mediterráneos es obvio, pero ¿cómo es posible que Suecia pueda ser uno de los Estados miembros con una de las tasas más elevadas de desempleo juvenil y a la vez el país en el que los jóvenes se van de casa antes? La respuesta está en el coronavirus: en tan solo un año, el desempleo juvenil se ha disparado desde el 19,8% al 28,4%.

Suecia ha ido modulando su respuesta a la pandemia, y desde un principio apostó por restricciones suaves que no condujeran a un confinamiento estricto. Eso le condujo a ser uno de los países europeos con más contagios pero a no ser golpeado tan duramente por la recesión económica. Sin embargo, muchas empresas suecas recortaron drásticamente sus plantillas, prescindiendo sobre todo de trabajadores con contratos temporales, muchos de  ellos jóvenes. Y es que, al abandonar sus casas para irse a estudiar a otra parte del país, una gran parte de los suecos opta por irse a vivir en solitario y no a pisos compartidos o residencias estudiantiles. Ahora, ante la falta de trabajo y el encarecimiento del alquiler que está provocando la escasez de viviendas, la edad media de emancipación está llamada a aumentar.

Por otro lado, sucede que las mujeres tienden a independizarse de media dos años antes que los hombres en la Unión Europea. La única excepción es Luxemburgo, donde los hombres abandonan el hogar familiar cuatro meses antes. Esta brecha puede indicar que las mujeres son más propensas a mudarse a la vivienda de su pareja o incluso a formar hogares intergeneracionales con los padres de esta.