Francia pone en marcha la primera autopista eléctrica del mundo y acelera hacia una movilidad más limpia

02-11-2025
Energía y minas | Medioambiente
Noticia Ambientales, Argentina
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La promesa se cumplió: la primera autopista eléctrica del mundo ya está en funcionamiento en Francia. En un tramo de 1.5 kilómetros de la autopista A10, cerca de Saint-Arnoult-en-Yveline, los vehículos eléctricos pueden recargarse mientras circulan gracias a una innovadora tecnología de carga inductiva.

El sistema funciona con el mismo principio que la carga inalámbrica de los teléfonos móviles. Bobinas instaladas bajo el asfalto transmiten energía eléctrica a los vehículos equipados con receptores especiales, permitiendo que las baterías se recarguen sin necesidad de detenerse.

El proyecto, desarrollado por la start-up Electreon junto con Vinci AutoroutesHutchinson y la Universidad Gustave Eiffel, busca demostrar que esta tecnología puede integrarse a gran escala en la infraestructura vial existente.

Actualmente, 900 bobinas alimentadas por un transformador están enterradas a unos diez centímetros de profundidad. La potencia de carga alcanza los 300 kilovatios, aunque el rendimiento ideal se sitúa en torno a los 200.

Francia trabaja en su primera autopista eléctrica. Foto: The Daily Digest.
Francia trabaja en su primera autopista eléctrica. Foto: The Daily Digest.

Rumbo a una red nacional de carreteras eléctricas

Por ahora, el tramo experimental ofrece una recarga modesta —alrededor del 1% de energía para un camión en 1,5 km—, pero los resultados son prometedores. La próxima meta es extender la infraestructura a un recorrido de 100 kilómetros para 2030, con la intención de cubrir el 80% de los 9.000 km de autopistas francesas para 2035.

Esta apuesta forma parte del compromiso de Francia con la descarbonización del transporte por carretera, un sector responsable del 15% de las emisiones nacionales de CO₂. Además, responde a las políticas europeas que prohíben los motores térmicos a partir de 2035 en autos y 2040 en camiones.

La implementación masiva de esta tecnología podría reducir drásticamente las emisiones del transporte pesado, que representa casi la mitad del tráfico en las autopistas. Al permitir la carga en movimiento, los camiones podrían operar con baterías más pequeñas y ligeras, disminuyendo el consumo de metales raros y los costos de fabricación.

Los beneficios ecológicos y sociales de la movilidad eléctrica

La movilidad eléctrica no solo transforma la forma de desplazarnos, sino que también redefine la relación entre energía, industria y medioambiente. Su expansión representa un paso decisivo hacia ciudades más limpias, con menos ruido y aire libre de partículas contaminantes.

Al reemplazar los combustibles fósiles por electricidad renovable, se reduce la dependencia del petróleo y se disminuye la huella de carbono del transporte, uno de los sectores más difíciles de descarbonizar. Además, la carga dinámica permite optimizar la infraestructura energética, evitando picos de consumo en puntos de recarga fijos.

Francia trabaja en su primera autopista eléctrica. Foto: The Daily Digest.
Francia trabaja en su primera autopista eléctrica. Foto: The Daily Digest.

Beneficios que también llegan al bolsillo

En el plano económico, la movilidad eléctrica impulsa la innovación tecnológica, la creación de empleos verdes y el desarrollo de nuevas industrias asociadas al reciclaje y las energías limpias.

Finalmente, al poder usar baterías más pequeñas, los vehículos eléctricos se vuelven más accesibles y sostenibles, facilitando una transición justa hacia un modelo de transporte que beneficia tanto a las personas como al planeta.

En conjunto, la autopista eléctrica francesa no solo es una primicia mundial, sino una señal del camino que debe seguir la movilidad del futuro: eficiente, renovable y respetuosa con el entorno.