Desorden, improvisaciones y hasta mafias son algunas de las quejas que han expuesto suplidores del almuerzo escolar contra el Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (Inabie).

A pesar de tener tiempo suficiente para garantizar la alimentación de los estudiantes, el presente año escolar inició sin almuerzo escolar.

Los suplidores contratados no estaban preparados para la fecha programada. Las contrataciones se hicieron tarde y muchos no tenían la capacidad instalada para suplir la demanda.

Otros suplidores han denunciado la exclusión de cientos de ellos del Programa de Alimentación Escolar y la disminución del Inabie de la cantidad de raciones para la cual ya tenían una capacidad instalada en sus empresas.

Aseguran que estas acciones del Gobierno los empujan a desaparecer como pequeñas y medianas empresas.

Se han manifestado hasta en actividades del Presidente contra el desorden en el Inabie. Los estudiantes, y padres también, protestan contra la alimentación que reciben: ahora les sirven sardinas con espaguetis.

Las denuncias llueven. En Sabana Grande de Boyá, Monte Plata, lecheros muestran inconformidad porque el Inabie les adeuda cinco quincenas.

Padres, estudiantes y profesores, es decir, la comunidad educativa muestra inconformidad con las situaciones generadas por falta de planificación desde el Gobierno.