Educación especial: un ejemplo de voluntad y amor en Cuba
Brayan Damián Guerra Bodaño, niño ciego de la escuela especial Héroes del Goicuría, ubicada en la barriada de Peñas Altas en esta ciudad, demuestra cada día con sus logros la voluntad y el amor de la enseñanza en Cuba para infantes con discapacidad.
Con apenas seis años de edad, Brayan ingresó a la escuela y de inmediato se ganó el cariño de sus maestros por su forma tímida pero a la vez cariñosa, y ahora con 12 años exhibe una destreza admirable para un niño con sus características, comentó Caridad Estenoz Estalella, directora de la institución.
Al llegar a la escuela se evaluó su estado, mediante el Centro de Diagnóstico y Orientación, y se determinó que también posee una discapacidad intelectual, sin embargo, Brayan tiene habilidades de autovalerse, al no emplear casi el bastón al caminar.
Estenoz Estalella agregó que su imposibilidad de visión se debe a un glaucoma congénito y que mediante el sistema Braille aprendió a leer y a escribir, además de fascinarle la computación, asignatura que en estos seis años fue de gran ayuda en su aprendizaje.
Brayan confesó a la Agencia Cubana de Noticias que prefiere sembrar y cuidar de las plantas del huerto de la escuela, las cuales protege mediante piedras alrededor del cantero y gracias a los maestros puede identificar cada una de las hortalizas o vegetales.
Danay, madre del infante, expresó su agradecimiento a la institución, pues posee una situación económica difícil con tres hijos, además de Brayan, y sin embargo no paga ni un centavo por la formación personalizada a su hijo.
En la actualidad, la Escuela Especial Héroes del Goicuría consta de una matrícula de 18 niños, de ellos 10 con discapacidad visual y ocho auditiva, y constituye uno de los centros en Cuba que evidencian el acceso a la educación gratuita como un pilar de la Revolución, en aras de la preservación de los derechos humanos.