En el día de ayer se reveló que la inflación en Estados Unidosse ha situado en 9.1% al mes de junio del presente año, niveles que no se veían desde noviembre de 1981, marcando un nuevo máximo en el régimen de precios.

Este dato de la inflación revela que la subida de los precios en EE.UU. está muy viva. La fortaleza de la inflación forzará a la Reserva Federal a subir los tipos de interés a un mayor ritmo, ya no sólo en 0.75% adicional sino quizás entre un rango de 0.75% hasta 1.25%, en su próxima reunión del 26by 27 de este mes de julio.

La inflación en EE.UU. está en su máximo histórico, nunca visto en cuatro décadas, así como en la mayoría de los países del mundo, como la zona del euro, República Dominicana, Latinoamérica, sino también en lugares que son famosos por su ausencia de inflación, como son Japón y Suiza, que ahora la están experimentando.

Jerome Powell presidente de la FED ya había señalado que dicho órgano está comprometido en usar todas sus herramientas para rebajar la inflación, y que para lograrlo necesariamente tendrán que rebajar el crecimiento económico de los Estados Unidos, pero que el mayor riesgo no es que se pierdan muchos empleos, sino que el mayor riesgo para la economía norteamericana sería fallar a la hora de restaurar la estabilidad de los precios.

Para un buen entendedor de los números y de las declaraciones del presidente de la FED, se puede inferir que la economía de los Estados Unidos, no solo se desacelerará, sino que va a ser frenada, y entrará en recesión económica para el tercer o cuarto trimestre de este año con las consecuencias e impactos negativos para el resto del mundo.

El Bureau of Labor Statistics, en su comunicado publicado ayer ha señalado que «El aumento de precios ha sido generalizado, siendo la gasolina, vivienda y alimentos los que más contribuyeron. El índice de energía aumentó un 7,5% mensual, mientras que el de la gasolina subió un 11,2% y los otros índices de componentes principales también han sumado. El índice de alimentos aumentó un 1% en junio, al igual que el índice de alimentos en el hogar (excluyen la comida en restaurantes, para llevar…)».

Las perspectivas de que la inflación sea controlada, está en cuestionamiento dado los riesgos geopolíticos, incluidos los nuevos confinamientos por COVID en China y la guerra entre Rusia y Ucrania, que seguirán afectando las cadenas de suministro y los precios de las materias primas de los alimentos y energía.

A nivel interno en nuestro país, hay mucho debate sobre si la economía estadounidense se dirige a una recesión económica, lo que está claro es que estamos en un período de gran tensión económica que afectará a todas las economías del mundo. Veremos nuevamente aumento de tasas de interés de la política monetaria del Banco Central de la República Dominicana, muy superior al actual nivel de 7.75%.

Las perspectivas del entorno económico externo, de la zona euro y de los Estados Unidos vislumbran que se avecinan tiempos difíciles en esas economías, y la República Dominicana por más resiliente que sea no será inmune.

El Gobierno Dominicano debería ir tomando las previsiones necesarias, ya que es eminentemente una disminución de la actividad económica mundial en los próximos seis a doce meses, que impactará nuestra economía, en los sectores turismo, exportaciones, inversión extranjera directa, construcción, remesas, demanda de bienes y servicios, entre otros, con una caída pronunciada de las recaudaciones fiscales, y el empleo.

No hay que esperar que llegue el lobo, si sabemos que viene en camino. Vayamos concientizando al pueblo dominicano, y creando las condiciones necesarias para que los impactos negativos del entorno económico externo que se verán en seis a doce meses, afecten lo menor posible a la clase media y a la población más vulnerable.