Siete elementos a considerar antes de ser garante de un préstamo de otra persona
Ser garante de un préstamo de otra persona conlleva riesgos financieros y legales, que muchas personas desconocen a la hora de firmar un contrato. Semanas tras semanas recibimos consultas de personas solicitando orientación, que desconocían las responsabilidades y los efectos perniciosos a su persona por haber confiado en una tercera persona que no cumplió con sus obligaciones con su acreedor, ya sea con una entidad bancaria, una cooperativa, un prestamista o una empresa de las que se dedican a prestar y se promocionan en las redes sociales.
Como garante, te comprometes a asumir la responsabilidad de pagar el préstamo en caso de que el prestatario principal no pueda hacerlo. Si el prestatario incumple los pagos, el acreedor puede exigirte a ti como garante que cumplas con las obligaciones financieras. Esto significa que tendrás que utilizar tus propios recursos para pagar el préstamo.
Si el prestatario principal no cumple con sus pagos y tú como garante tampoco puedes hacerlo, es posible que se registre un incumplimiento de pago en tu historial crediticio. Esto puede afectar negativamente tu capacidad para obtener créditos en el futuro y puede dificultar la obtención de préstamos, tarjetas de crédito, abrir una cuenta bancaria, y hasta conseguir un empleo o una visa para viajar a otro país.
Además de tener que pagar el préstamo en caso de incumplimiento del prestatario principal, es posible que también tengas que asumir otros costos asociados, como intereses moratorios, honorarios legales u otros gastos relacionados con la cobranza de la deuda.
En ese sentido, a la hora de ser garante de una persona debes considerar los siguientes elementos:
Primero. Como garante, estarás asumiendo la responsabilidad de pagar el préstamo si el prestatario principal no puede hacerlo. Asegúrate de entender completamente tus obligaciones y los términos del préstamo, incluyendo el monto total, plazos de pago y condiciones específicas.
Segundo. Evalúa cuidadosamente la capacidad del prestatario para pagar el préstamo. Examina su historial crediticio, sus ingresos y gastos, así como su estabilidad laboral. Asegúrate de que el prestatario tenga una situación financiera sólida y sea confiable para cumplir con sus obligaciones de pago.
Tercero. Antes de comprometerte como garante, evalúa tu propia capacidad para asumir la deuda en caso de que el prestatario no pueda hacerlo. Considera tus ingresos, gastos y obligaciones financieras existentes. Asegúrate de estar preparado para pagar el préstamo si fuera necesario.
Cuarto. Comprende las consecuencias legales, si el prestatario principal incumple con el pago, puedes ser legalmente responsable y tu historial crediticio podría verse afectado.
Quinto. Antes de aceptar ser garante, ten una conversación franca con el prestatario sobre las implicaciones y los riesgos involucrados. Asegúrate de que el prestatario comprenda completamente tus expectativas y la importancia de cumplir con los pagos.
Sexto. Sugiere que le ponga un seguro de vida y un seguro de desempleo al préstamo, lo que podría disminuir tu riesgo y quizás no tendría que convertirte en garante de esa persona.
Séptimo. Asegúrate de leer y comprender completamente la documentación y los términos del préstamo. Esto incluye conocer las condiciones, los plazos de pago, las tasas de interés y cualquier otra cláusula relevante. Si tienes dudas, puedes utilizar nuestros servicios gratuitos de asesoría en Tu Consultorio Financiero.
Recuerda siempre, que antes de aceptar ser garante, reflexiona cuidadosamente sobre tu capacidad para asumir esta responsabilidad y considera todos los aspectos mencionados anteriormente, conozco de muchas historias desgarradoras, entre hermanos, cuñados, tíos, primos, amigos, familiares, compañeros de trabajos, socios, donde se destruyó la relación porque el prestatario principal no honró su compromiso de pago.
Solo sírvele de garante a una persona por la que realmente estás dispuestos asumir su obligación financiera y hónralas con tú dinero.