Rusia resiste mucho mejor de lo esperado y fuerza al FMI a revisar al alza su crecimiento en más de 5 puntos desde abril
Lo que iba a ser hace unos meses una debacle económica podría terminar en una simple y corriente recesión. Rusia está capeando las sanciones occidentales con mucha más audacia y destreza de lo esperado. Es cierto que el banco central (y el Gobierno) llevaba años acumulando reservas de oro y divisas para sobrevivir a un escenario como este, pero también lo es que la economía rusa está resistiendo mejor de lo esperado, con la ayuda inestimable de la subida de precios de las materias primas, que han disparado sus ingresos por exportaciones y han generado un superávit por cuenta corriente histórico para la economía rusa.
Tal es la sorpresa que está suscitando la resistencia económica rusa, que el Fondo Monetario Internacional se ha visto obligado a revisar al alza en 5,1 puntos su previsión de crecimiento para la economía respecto al WEO de abril y en 2,6 puntos respecto a la actualización de julio.
De este modo, el FMI ahora pronostica una contracción de la economía del 3,4%, frente al 8,5% de abril. Al comienzo de la guerra fueron varias las casas de análisis y organismos que llegaron a prever caídas del PIB de hasta dos dígitos para la economía Rusia, unas cifras que ahora son papel mojado. El FMI también ha rebajado la previsión de crecimiento para España.
Cuando se impusieron las primeras sanciones, el rublo se desplomó con violencia. Los analistas y los gobiernos occidentales pronosticaron el apocalipsis para la economía rusa, con una inflación desbordada (la depreciación del rublo sostenía, en parte, esa argumentación). Sin embargo, hoy la inflación rusa es del 13,7% (es cierto que es muy alta), no tan lejos del 10% de la Eurozona e incluso por debajo de los países bálticos, que pese a estar en el euro presentan una inflación del 20%.
La rápida intervención del Banco de Rusia, con drásticas subidas de tipos de interés y controles de capital, al comienzo de la guerra en Ucrania, la búsqueda de nuevos clientes (China e India, sobre todo) para colocar un petróleo mucho más caro, junto a una economía que se había pertrechado durante años para resistir a un escenario de aislamiento occidental, están permitiendo a Rusia mantener el tipo. Mientras tanto, la economía de Ucrania (devastada por la guerra) se hundirá un 35% este año, según las previsiones del FMI.
Un mercado laboral resistente
El documento del organismo internacional destaca que la economía de Rusia sufrió un golpe intenso al comienzo de la guerra, pero poco después comenzó a renacer a medida que los ingresos por exportaciones aumentaban, el rublo recuperaba todo el terreno perdido contra el dólar y la economía se adaptaba a la nueva normalidad bajo las sanciones. «La demanda interna rusa está mostrando cierta estabilidad, gracias a la contención del efecto de las sanciones en el apoyo de la política del sector financiero nacional y un mercado laboral resistente», admite el informe del FMI.
Contra todo pronóstico, la tasa de paro en Rusia ha caído hasta el 3,8%, cuando en enero de 2022 (antes de la guerra y las sanciones), el desempleo se encontraba en el 4,4%. El Banco de Rusia revelaba en un documento reciente que algunos sectores como la minería o el energético estaban creciendo con fuerza, lo que podría explicar esta tendencia.
De este modo, el FMI proyecta un crecimiento del -3,4% y -2,3% en Rusia en 2022 y 2023, frente a la contracción prevista del 35% en Ucrania en 2022, como resultado de la guerra. Por el lado de los precios, la inflación será de algo más del 13% en Rusia (frente al más del 20% que habían estimado varios organismos al comienzo de la guerra), mientras que caerá al 5% en 2023.
La fortaleza del rublo
El FMI admite en el informe que «la contracción de la economía de Rusia es menos severa de lo proyectado anteriormente, lo que refleja la resiliencia en las exportaciones de petróleo crudo y en la demanda interna con un mayor apoyo de la política fiscal y monetaria y una restauración de la confianza en el sistema financiero».
Un buen resumen de todo lo anterior es el comportamiento del cruce entre el rublo y el euro. La teoría y la lógica dirían que la divisa de país inmerso en una guerra y bajo las sanciones del todopoderoso Occidente debería estar sufriendo una debacle. Pues la realidad es que el rublo ruso sube más de un 30% contra el euro en lo que va de año.