Recuperación económica y vacunas: ¿quiénes sacan ventaja?
Alfredo Zaiat, economista argentino
¿Cómo será la recuperación luego de la crisis 2020? Economistas y organismos internacionales están convencidos de que este año la economía mundial mostrará signos positivos. Pero las dudas aparecen acerca de qué tipo de crecimiento habrá y qué países podrán ingresar en un ciclo de rápida recomposición del empleo y la producción.
Existe un riesgo considerable de que, mientras las economías avanzadas y algunas de mercados emergentes se recuperan a mayor velocidad, la mayoría de los países en desarrollo languidezcan durante años.
Esto agravaría no solo la tragedia humana de la pandemia, sino también el sufrimiento económico de los más vulnerables.
Además, no se trata solo de divergencias entre países. También se observa una aceleración de la divergencia dentro de los países: los jóvenes, los trabajadores menos calificados, las mujeres y los trabajadores informales se han visto afectados de manera desproporcionada por la pérdida de puestos de trabajo.
Pronósticos
El FMI proyectó un crecimiento del PIB mundial de 5,5% este año y de 4,2% en 2022.
Estimó que, para fines de 2022, el ingreso per cápita acumulado estará un 13% por debajo de las proyecciones previas a la crisis en las economías avanzadas.
Para los países de bajos ingresos la caída será de 18% y para los países emergentes y en desarrollo, excluyendo China, 22%. Este importante retroceso en el ingreso per cápita aumentará en millones la cantidad de personas que estarán en condiciones de extrema pobrezaen el mundo en desarrollo.
Antes de la crisis por la pandemia, el FMI pronosticaba que las brechas de ingresos entre las economías avanzadas y 110 países emergentes y en desarrollo se reducirían durante 2020-2022.
Ahora estima que solo 52 economías podrán recuperarse y alcanzar los niveles previos al estallido del coronavirus, mientras que 58 se quedarán atrás.
Vacunas
Una de las razones de esa divergencia se debe al acceso desigual a las vacunas.
En el mejor de los casos, la mayoría de las economías en desarrollo alcanzarán una cobertura amplia de vacunas para su población para fines de 2022.
Algunas de esas economías están especialmente expuestas a los sectores más afectados como el turismo y las exportaciones de petróleo, y la mayoría de ellas se ven limitadas para tener políticas fiscales expansivas en sus presupuestos
El año pasado, las economías avanzadas destinaron en promedio 24% del PIB en medidas fiscales, en comparación con solo el 6% en los países emergentes y menos del 2% en los países de bajos ingresos.
Desigual
Con las vacunas, vehículo clave para la recuperación de las economías, se repite de alguna manera el esquema de poder mundial: los países de mayor poderío compraron todas las dosis y más para atender a su población, mientras que los más pobres no lograrán siquiera inmunizar a sus poblaciones de riesgo.
Los expertos consideran que, de continuar como va el actual sistema de distribución, el virus podría seguir mutando y hacer ineficientes las actuales vacunas.
«La principal preocupación es que los países de ingresos bajos y medianos simplemente no tendrán suficientes vacunas y que las personas que viven en países ricos estarán protegidas mientras el virus se propague en los países más pobres. Si se desarrolla de esta manera, todos sufriremos más, tanto en términos de impacto sanitario como económico», explicó Andrea Taylor, subdirectora de programas del Centro de Innovación en Salud Global de la Universidad de Duke.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) alertó que el 70% de las dosis contra el coronavirus fue administrado en países más ricos.»En la carrera para poner fin a esta pandemia, todos remamos en el mismo bote. No podemos sacrificar a quienes corren mayor riesgo en algunos países para que los que corren menor riesgo puedan vacunarse en otros», alertó el secretario general de la organización, Jagan Chapagain.
Cooperación
En ese mismo sentido, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) cuestionó la «creación de mecanismos que limiten las exportaciones de vacunas e insumos médicos a terceros países, como el creado por la Unión Europea».
La organización regional reclamó que se respete la resolución 74/274 de la Asamblea General de la ONU «en la que se solicita fortalecer las cadenas de suministros que promuevan y garanticen el acceso universal, justo, transparente, equitativo, eficiente y oportuno a los medicamentos, vacunas e insumos médicos para enfrentar la pandemia por COVID-19».
En un breve comunicado hizo «un llamado a la comunidad internacional a evitar medidas que impidan brindar una respuesta mundial al COVID-19, basada en la unidad, la solidaridad, la concertación política y una cooperación multilateral en la nueva normalidad pospandemia».
Divergencia
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, alertó acerca de los diferentes ritmos de recuperación entre países, pero también señaló que existe una divergencia acelerada dentro de los paísesEn un texto publicado en el blog del fondo titulado La gran divergencia: una bifurcación en el camino de la economía global, Georgieva señaló que los jóvenes, los trabajadores poco calificados, las mujeres y los trabajadores informales «se han visto afectados de manera desproporcionada por la pérdida de puestos de trabajo».
Menciona que millones de niños todavía enfrentan interrupciones en la educación y que «permitir que se conviertan en una generación perdida sería un error imperdonable».
Georgieva apuntó que si eso sucede se profundizarían las cicatrices económicas a largo plazo de la crisis, lo que haría aún más difícil reducir la desigualdad e impulsar el crecimiento y el empleo.
El camino a seguir
Si bien los resultados divergentes del año pasado son historia, no son el destino, afirman los economistas David Furceri, Jonathan Ostry y Anthony Tan, en «Recuperaciones divergentes: la historia no es el destino».
Enumeran cuatro prioridades políticas que colaborarían en configurar un futuro mejor para los países de ingresos medios y bajos:
•Asegurar que las vacunas estén ampliamente disponibles para poner fin a la pandemia en todas partes. La distribución rápida y la disponibilidad de terapias efectivas son clave para generar una mayor recuperación del consumo, la inversión y el empleo, y las empresas contraten y expandan la capacidad por el aumento de la demanda.
En este sentido, el apoyo a los países en desarrollo en términos de financiamiento, logística y administración es fundamental para abordar recuperaciones divergentes y cerrar brechas entre las economías en desarrollo y avanzadas.
•Las políticas de apoyo a los trabajadores y las empresas afectados deben continuar hasta que la recuperación esté consolidada y haya indicios de una reactivación autosostenida de la demanda interna privada.
Los altos niveles de incertidumbre exigen una disminución de los paquetes de auxilio más lenta sin dejar de estar alerta sobre la sostenibilidad de la deuda y los riesgos del sector financiero.
•Transformación económica. A medida que se alivien las medidas de contención, es probable que las políticas para estimular la demanda del sector privado sean más eficaces y puedan reemplazar la asistencia sectorial amplia.
La construcción de economías más ecológicas, inclusivas, resilientes y digitales debe ocupar un lugar central una vez que la pandemia esté bajo control.
•El apoyo financiero de la comunidad internacional es fundamental para revertir la creciente divergencia entre países ricos y pobres.
Muchas economías de bajos ingresos se han visto particularmente afectadas por la crisis, tienen poco espacio político para responder y necesitarán asistencia financiera.
Coordinación
El desafío es que el «Gran Confinamiento» de 2020 no derive en la «Gran Divergencia» en 2021. En este sentido, lo primero pasa por abordar la crisis sanitaria en forma firme y en un marco de cooperación internacional, puesto que las vacunas jugarán el papel central.Además, la suspensión prematura de las medidas de apoyo fiscal y monetario puede exacerbar las desigualdades.Los argumentos económicos para una acción coordinada son abrumadores. Un progreso más rápido para poner fin a la crisis de saludpodría, según el FMI, aumentar el ingreso mundial acumulativamente en nueve billones de dólares durante 2020-25. Eso beneficiaría a todos los países, lo que superaría con creces cualquier medida con costos relacionados con la estrategia de ampliar el acceso a las vacunas.