RD un país sin Estrategia (END 2030)
Para el año 2030, la República Dominicana culminará la ejecución de su Estrategia Nacional de Desarrollo (END) 2030, un valioso ejercicio de planificación con visión de largo plazo, concebido hace más de una década para dotar al país de coherencia estratégica y rumbo institucional.
La elaboración de la END fue el resultado de varios años de trabajo técnico y de un intenso proceso de consulta y concertación con múltiples sectores sociales.
Sin embargo, el tiempo avanza, y a medida que nos acercamos a la meta de 2030, no se vislumbra ningún proceso similar que la suceda ni se han sentado las bases para una nueva estrategia que proyecte al país hacia las décadas siguientes. Es como si remáramos sin brújula hacia un horizonte que se agota, ignorando la necesidad de trazar un nuevo mapa estratégico nacional.
La END 2030 y su plataforma normativa: ¿quién la implementó?
La END 2030 fue posible gracias a la Ley 498-06 de Planificación e Inversión Pública, promulgada en diciembre de 2006. Esta legislación dio origen al Sistema Nacional de Planificación e Inversión Pública (SNIP), una estructura técnica e institucional clave para la formulación de políticas, metas, objetivos y prioridades del desarrollo económico y social del país.
Su propósito era claro: establecer un marco coherente, con metas alcanzables, mecanismos de evaluación y transparencia.
La END fue formalizada como política de Estado mediante la Ley 1-12, que le otorgó carácter normativo obligatorio. Su aplicación se rige además por el Decreto 134-14, que establece su reglamento de implementación. Este marco legal contempla instrumentos esenciales como:
- El Plan Nacional Plurianual del Sector Público (PNPSP).
- Los planes estratégicos institucionales y sectoriales.
- Un Sistema Nacional de Monitoreo y Evaluación con indicadores definidos para el seguimiento de avances.
La END 2030 se articula en torno a cuatro grandes ejes estratégicos que de manera resumida rezan de la siguiente manera:
- Un Estado social y democrático de derecho eficiente, transparente y participativo.
- Una sociedad cohesionada con igualdad de oportunidades.
- Una economía articulada, innovadora y ambientalmente sostenible.
- Un desarrollo ambientalmente responsable y adaptado al cambio climático.
Es bueno destacar que estos ejes estratégicos se encuentran interconectados y que los objetivos dentro de estos son difíciles de conseguir de manera aislada.
¿Por qué una Estrategia Nacional importa?
Una Estrategia Nacional, bien formulada, monitoreada y permanentemente actualizada, no es un lujo institucional, sino una necesidad vital para el desarrollo. Permite:
- Alinear los distintos niveles de gobierno hacia objetivos comunes.
- Asegurar la continuidad de políticas públicas más allá de los ciclos electorales.
- Guiar inversiones de largo plazo en infraestructura, capital humano y sectores productivos clave.
- Evaluar avances y hacer correcciones a tiempo, con base en indicadores objetivos.
La END 2030 aportó enormes avances: canalizó consensos, estableció metas verificables y sirvió de marco para pactos fundamentales, como el Pacto Educativo y el Pacto Eléctrico. No obstante, sin una estrategia que le suceda tras 2030, todo ese esfuerzo puede dispersarse y perder continuidad.
El vacío estratégico pos-2030
Aquí radica el núcleo del problema: no existe un proceso en curso que prepare al país para la planificación más allá de 2030 y el gobierno resultante en 2028 no tendra el tiempo para coordinar este proceso antes de que la actual END 2030 termine, por lo tanto la actual gestión de gobierno deberia llevar la voz cantante en ese proceso.
Un ejercicio de esta magnitud requiere amplias consultas nacionales, tiempo suficiente y liderazgo multisectorial. Pero, hasta ahora no se percibe ni voluntad política ni institucionalidad activa orientada a ello.
La consecuencia es clara: cada política actual tiende a convertirse en una acción aislada, sin un marco estratégico que le dé sentido de rumbo. Este vacío contrasta con lo que hacen otras naciones de la región:
- Perú: implementa su Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050.
- Chile: cuenta con la Política Energética 2050, la Estrategia Climática de Largo Plazo 2050 y el programa Ciudades 2050.
- Uruguay: construye su Visión País 2050 con participación pública.
- Panamá: ha formulado múltiples estrategias sectoriales al 2050 en agua, energía, clima, y desarrollo regional.
Todos estos países muestran voluntad de proyección, actualización y continuidad. La República Dominicana, en cambio, está a punto de terminar su primer ejercicio estratégico y no muestra señales de iniciar el segundo.
¿Y qué hay de Meta RD 2036?
Sería injusto no mencionar la iniciativa Meta RD 2036, una propuesta impulsada por el actual Gobierno que busca acelerar el crecimiento económico yduplicar el Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2036.
Sin embargo, al analizar su contenido, es evidente que Meta RD 2036 solo aborda el tercer eje de la END 2030 (economía articulada e innovadora), dejando fuera los otros tres ejes esenciales. Además, se enfoca en cinco de los 19 objetivos estratégicos de la END.
En resumen, Meta RD 2036 es una pieza valiosa pero insuficiente del rompecabezas. No puede sustituir por sí sola a una Estrategia Nacional de Desarrollo integral. No se puede sostener una mesa con una sola pata.
Un llamado a la acción estratégica
La República Dominicana está a las puertas de 2030 sin una nueva estrategia nacional en construcción. Esta omisión es grave y rompe con las mejores prácticas internacionales. Urge convocar una concertación multisectorial para construir la nueva estrategia pos-2030, con base en la Ley 498-06 y el legado de la END 2030.
Este nuevo marco debe contar con:
- Metodologías claras.
- Indicadores medibles.
- Recursos asignados.
- Mecanismos de monitoreo institucionalizados.
- Participación amplia de los sectores politicos, sociales, empresariales y académicos.
Porque la planificación pública no es decorativa, ni un formalismo. Es la diferencia entre improvisar el futuro o construirlo con sentido y visión. No se trata de diseñar otro documento; se trata de diseñar el país que queremos ser.