Era el anhelado y deseado sueño tanto del actual Gobierno como del anterior Ejecutivo que presidió Mariano Rajoy: llegar a los 20 millones de personas empleadas. Objetivo logrado: el mercado laboral español ya cuenta con 20,031,000 trabajadores. Una barrera que apenas se sobrepasó brevemente a finales del año 2008, en los albores de la pasada crisis financiera.

La mágica cifra se alcanzó durante el pasado verano, período durante el cual se sumaron 359,300 personas al mercado laboral. Si se abre el foco, en el último año el empleo ha crecido en 854,100 personas (328,300 hombres y 525,900 mujeres).

Son datos que certifica la Encuesta de Población Activa (EPA), auténtica radiografía del empleo en España. Según la EPA, el número de desempleados disminuyó en 127,100 personas durante el verano hasta quedarse en 3,416,700. En la actualidad hay en España 23,447,700 personas en edad de trabajar que tienen un empleo o lo están buscando. La tasa de paro se sitúa así en el 14.57%.

Unas cifras alentadoras que sin embargo hay que afrontar con cierta prudencia: el número de parados sigue aún por encima de los que había antes de la pandemia. Sin embargo, los datos de la EPA confirman que el empleo está recuperando el pulso y eso lo certifica el hecho de que la ocupación creció más de lo que disminuyó el paro, circunstancia que se explica por el incremento de la población activa en 232,200 personas.

Eso significa que muchos de los trabajadores que se incorporaron al mercado laboral, especialmente jóvenes, encontraron un trabajo. 

Como suele ocurrir casi siempre, fueron los servicios los que tiraron del carro del empleo durante el pasado trimestre con 377n200 empleados más. En concreto la recuperación del turismo, sobre todo del nacional, ha tenido una especial incidencia. También aumentó la ocupación en la industria, con 63,000 empleados más, mientras que bajó en la agricultura, con 49,600 menos, y en la construcción, con un descenso de 31,200 trabajadores.

Como también es lógico el tirón del empleo vino del sector privado, con 314,800 personas más, hasta 16,547,000 mientras que el empleo público aumentó en 44,500, hasta 3,484,000.

El pasado verano también dejó buenos datos para el empleo femenino: en el tercer trimestre el número de mujeres empleadas creció más que el de los hombres, 185,400 empleadas frente a 173,900 empleados. Además, también bajó más el número de mujeres desempleadas hasta 1,809,200, que entre los hombres, entre los cuales el desempleo se redujo en 32,000, hasta 1,607,500.

Por rangos de edad, el empleo creció en todos los grupos, salvo en el de 40 a 44 años. Ese grupo de edad perdió 22,700 trabajadores. Los jóvenes de entre 20 y 24 años, sin embargo, fueron los más beneficiados al sumar 132,400 trabajadores más, lo que contribuyó a que el mayor descenso del paro en el tercer trimestre, con 119,500 personas menos, se dio entre las personas de 25 a 54 años.

Los trabajadores autónomos disminuyeron en 49,600 personas respecto al trimestre anterior, aunque en el cómputo global del último año su número ha crecido ligeramente en 38,700.

En cuanto a la distribución geográfica, Catalunya se situó al frente de la creación de empleo con  62,300 trabajadores más; Canarias sumó 50,000 más; y Baleares 47,900. Datos que reflejan que turismo se está recuperando a buen ritmo.