Negocitos en cercanías escuelas, afectados por virtualidad
Al cerrar las escuelas, con clases por televisión e Internet, la educación a distancia está acabando con los negocitos que están cerca de escuelas. Sus dueños se quejan de no haber recibido ninguna ayuda del gobierno. Lisbeth Báez lo cuenta en esta noticia publicada primero por el periódico El Día:
Virtualidad acaba negocios operaban cerca de escuelas.
Desoladas permanecen las aceras de los alrededores en las diferentes escuelas públicas y privadas, tras la visible falta de los múltiples vendedores que se apostaban alrededor.
Al cerrar las escuelas también se vieron obligados a quitar sus pequeños negocios informales o mudarse una gran cantidad de personas que ofrecían diversos productos a los estudiantes, tales como comida chatarra, jugos, refrescos, helados, dulces, útiles escolares y hasta juguetes.
Por eso actualmente permanecen vacíos los perímetros de estos centros, ya que sin estudiantes los vendedores han tenido que ingeniárselas y buscar otras fuentes de ingreso.
Y no es para menos, pues estos negociantes, en su mayoría ambulantes, al poner las clases virtuales perdieron la cuantiosa clientela de 2.9 millones de estudiantes que acudía a los más de 49,776 aulas públicas (sin contar las privadas) que hay alrededor del país.
Este número no incluye la cantidad de maestros y personal administrativo de los centros escolares, que de vez en cuando también compraban sus jugos y sus empanadas en esos puestos.
Vendedores
Esto lo sabe bien el único vendedor que permanece en la acera del Politécnico Panamericano, Jan Felipe.
“Aquí ya no hay nada”, lamentó refiriéndose a la cantidad de ventas que lograba hacer a diario ante la presencia de estudiantes, pero que ya no hace. Dijo que sobrevive con lo poco que logra vender durante el día.
Situación similar sucede en una esquina de la Escuela Primaria Fidel Ferrer, donde aún se encuentra con su puesto de frituras Marianela De La Cruz, quien narra que tiene allí 10 años y nunca había pasado una situación de crisis como la actual.
“Yo he pasado de llevar 3,000 pesos diarios a casa, a llevar quizás 1,000”, precisó De la Cruz a EL DÍA.
Por su parte, Ramón Consoró lleva 38 años vendiendo frituras en los alrededores de la Escuela Especial Santo Domingo y dijo que gracias a que su oferta es del consumo de todos, ha logrado mantenerse de pie en medio de la pandemia, aunque lamenta ya no venderle a los estudiantes, con quienes sus ventas estaban seguras.
Ante esa situación, este sector de pequeños negociantes afirmó que pese a la crisis que atraviesan no han recibido ningún tipo de ayuda del gobierno y piden que se les tome en cuenta, ya que por lo visto las escuelas permanecerán de forma virtual durante un largo período de tiempo, más allá del año escolar 2020-2021, que actualmente transcurre.
Afectados
Informales: un 54.8 por ciento de la población dominicana labora de manera informal. En ese reglón hay 2.09 millones de empleados, según el Banco Central.
Mermado ventas: en el segundo trimestre del año pasado, más de 155,000 trabajadores informales perdieron sus empleos, según el Banco Central. Pero sindicalistas estimaban en ese período un millón.