La adaptación y digitalización como respuestas a los efectos de la pandemia

26-04-2021
Economía y empleos
ifc.org
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En Guatemala, las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) componen el 85 por ciento de los empleos y generan aproximadamente un tercio del PIB del país. Sin embargo, estos segmentos suelen estar desatendidos por el sector bancario tradicional.

En las industrias más fuertes – la agricultura y el comercio – la alta informalidad se traduce en salarios significativamente menores, principalmente en zonas rurales. Además, solo el 44 por ciento de los adultos en Guatemala tienen una cuenta bancaria y más de la mitad de los habitantes viven en la pobreza. Esto está perjudicando a las poblaciones más vulnerables, como los grupos indígenas y las mujeres, ampliando todavía más las brechas de desigualdad. 

Las instituciones de microfinanzas, como canal para proporcionar crédito a esta población desatendida, son clave para lograr la inclusión financiera y respaldar el crecimiento económico de Guatemala.  

Génesis fue creada en 1988 como organización sin ánimo de lucro. Su modelo de negocio está impulsado por una fuerte misión social y de desarrollo.

Tras un año de restricciones impuestas por el COVID-19, entrevistamos a Edgardo Pérez, Gerente General de Génesis, quien nos cuenta como han afrontado los efectos de la pandemia, y su apuesta para apoyar y mantener a sus clientes.

1. ¿Cómo ha impactado la pandemia del COVID-19 a Fundación Génesis Empresarial?

Hay que tomar en cuenta que, adicional a la pandemia, Guatemala fue afectado por dos huracanes, Eta e Iota, lo que generó un doble impacto, pues muchos de nuestros clientes trabajan en sectores como el agrícola, muy golpeados por los fenómenos. 

Desde otro ángulo, también hubo un impacto positivo: las herramientas digitales tomaron muchísima relevancia y aprendimos a hacer un despliegue más eficiente, tanto a nivel interno como en la oferta de servicios financieros. 

También puedo decir con toda seguridad, que la pandemia hizo que nuestra institución estuviese verdaderamente focalizada en el cliente.   Todos los meses, hacíamos un abordaje al 100 por ciento de la base de clientes para saber en qué situación estaban y cómo podíamos apoyarlos. 

2. ¿Cuáles son los mayores retos que están enfrentando sus clientes ante la pandemia? ¿Cómo está apoyándoles Génesis para afrontarlos?

Nosotros trabajamos principalmente con MiPymes, en sectores diversos – desde hoteles a restaurantes, ferreterías, tiendas de barrio, centros de estudio, agricultores, entre otros.    Como muchos, algunos tenían problemas de liquidez y la gran mayoría sufrió el cierre de operaciones por la paralización del comercio.    Su mayor reto fue repensar la forma de operar para seguir subsistiendo y creo que en Fundación Génesis supimos dar respuesta oportuna y apoyarlos.

Lo primero que hicimos fue una segmentación por industria, para entender mejor los retos a los que se enfrentaba cada uno. Les planteamos soluciones financieras y no financieras, personalizando los productos y ofreciéndoles capacitación al respecto. Esto conllevó a que vieran su relación con Génesis como una relación de beneficio, no de perjuicio.

3. La mayor parte de los clientes son mujeres ¿Que diferenciación hay en el modelo de negocio para este segmento?

El apoyo a las mujeres ha sido la esencia de Génesis en toda su historia; ellas representan el 62 por ciento de nuestros clientes.   El modelo de negocio está dirigido a proveerles de productos financieros y no financieros que las ayuden a prosperar sus negocios, a sentirse empoderadas y darles un sentido de vida diferente.  Les ofrecemos capacitaciones sobre nutrición, salud reproductiva, higiene, liderazgo, dignidad, entre otros. Les ayudamos a fortalecer sus capacidades como empresarias y realmente hemos comprobado que las mujeres son extremadamente responsables en su forma de ejecutar sus emprendimientos, en la forma en que usan su dinero y cómo cuidan sus negocios.

4. ¿Cuáles considera que son las principales lecciones y experiencias aprendidas tras la pandemia del COVID-19 para el sector financiero? ¿Hacia dónde se enfoca el negocio a futuro?

La primera y la más importante lección para mí es que el sector financiero debe abordar el segmento de las MiPymes como una fuente de capital de trabajo para mejorar la calidad de vida de las personas. En Génesis, nosotros no damos “crédito”, sino que ofrecemos fórmulas de apoyo integral para el desarrollo de las familias.  Esa es la visión que nos hace diferentes y probablemente una de las razones por las cuales cerramos el año 2020 de forma positiva. 

Confirmamos también la importancia de profundizar más en el aspecto educativo, de explicar qué son los productos y cómo pueden invertir para impactarles positivamente.

Hemos probado que podemos ser sumamente ágiles y adaptarnos en la dinámica creación de productos, de políticas, de procesos, y, sobre todo, la innovación tecnológica. Queremos continuar la sofisticación de nuestros productos digitales. 

Actualmente, ya podemos originar créditos en línea, se pueden realizar pagos, transferencias, e incluso crear una red dentro de su comunidad para estas transacciones. Apuntamos a llevar esta tecnología a las comunidades rurales y a las mujeres.

5. ¿Cómo considera que ha contribuido la alianza de IFC con Génesis para fomentar la inclusión financiera en Guatemala? 

IFC es para Génesis no solo un socio financiero, sino que se convirtió en la ventana para aprender sobre las mejores prácticas internacionales y relacionarnos con jugadores del sector a nivel mundial. A raíz de capacitaciones que ofrecieron al inicio de la pandemia surgió la iniciativa de segmentación por tipo de clientes, que implementamos para abordar necesidades concretas. Ahora estamos aprendiendo de nuevos productos y prácticas que IFC promueve en el mundo para fomentar el desarrollo de negocios de mujeres.

IFC y Génesis compartimos la importancia de generar un impacto al desarrollo. Al momento de ofrecer soluciones valoramos la “Ruta de Desarrollo” de nuestros clientes, una metodología única que mide la evolución cuantitativa y cualitativa de los clientes, con el principal objetivo de sacarlos de la pobreza. Si un producto no genera un impacto en el desarrollo, no lo lanzamos.

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