Impuesto 0.15 % limita banca digital

07-12-2022
Economía y empleos
Acento, República Dominicana
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La semana pasada se celebró en la República Dominicana el Congreso Latinoamericano de Tecnología e Innovación (CLAB) un espacio donde convergieron líderes internacionales y locales con tendencias innovadoras, bajo el objetivo de que los ecosistemas financieros y la actualización tecnológica ocupen un solo lugar; y se presentaron soluciones innovadoras e ideas para potencializar el desarrollo de los ecosistemas y la transformación digital de los bancos dominicanos y de la región.

Dicho Congreso fue auspiciado por la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN) y la Asociación de Bancos Dominicanos (ABA), un evento magistral y del alto nivel profesional, con una organización impecable, y desde esta Columna la Banca Dominicana por Dentro, felicitamos a todos los organizadores, patrocinadores, participantes, y expositores. Todas las ponencias excelentes, destacándose la notable y acertada participación del Gobernador del Banco Central, que mostró su apertura con prudencia al desarrollo de los nuevos ecosistemas digitales, y su apoyo a las innovaciones que realizan los bancos dominicanos en la transformación digital a favor de los usuarios del sistema financiero nacional, promoviendo una mayor inclusión financiera y bancarización a nivel nacional.

Sin embargo, existen factores externos que limitan el desarrollo de la transformación digital que realizan los bancos, los cuales han estado invirtiendo cuantiosos recursos para que República Dominicana tenga una banca más eficiente, incluyente y competitiva, entre estos factores limitantes podemos citar los siguientes:

Primero. La brecha digital la cual se define como la distribución desigual en el acceso, en el uso, o en el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación entre grupos sociales. Estos grupos pueden definirse con base en criterios de género, geográficos o geopolíticos, culturales, o de otro tipo.

Los indicadores basados en las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) muestran que República Dominicana está muy rezagada respecto a los países de la región, ocupando el puesto no. 10

Es necesario llevar la conectividad a los campos, a lugares remotos donde no existen sucursales bancarias. Lugares donde la fibra óptica y la penetración de la banda ancha, que es el caso de muchos barrios del Gran Santo Domingo, y de casi todas las provincias del país aún, a pesar de mucha publicidad existe una percepción divergente a la realidad.

De igual manera la penetración de la banda ancha móvil no llega a muchos lugares del país, a veces es muy difícil tener internet móvil de alta velocidad en los celulares personales, lo cual es una gran limitación para que muchos dominicanos y dominicanas desde los campos, los barrios, y lugares remotos puedan acceder a los servicios financieros digitales con calidad.

Hay que crear incentivos fiscales y estímulo a la competencia para que nuevos competidores puedan entrar y ampliar el espectro y el acceso a un internet móvil de alta velocidad, en dichos lugares.

Segundo. Educación Financiera y digital, es necesario promover más conocimiento e información a las personas de las áreas rurales y los barrios, lo que permitiría elevar de manera exponencial la inclusión financiera en nuestro país, y el uso de los servicios bancarios a través de los dispositivos móviles.

Tercero. El Impuesto del 0.15% a las transferencias electrónicas, no es posible seguir pidiéndole a los bancos que desmonten cargos bancarios y ofrezcan servicios financieros gratuitos a través de los canales digitales, cuando este impuesto es una barrera que limita a más de un millón y medio de dominicanos y dominicanas que ganan menos de 30 mil pesos, y ven este impuesto como un costo que les reduce sus ingresos o sus ahorros.

Es importante aprovechar en la aprobación del Presupuesto Nacional del 2023, que este impuesto sólo sea aplicado a las personas físicas cuando realicen una transferencia electrónica superior a los treinta o cincuenta mil pesos, lo cual va a promover que cientos de miles de dominicanos decidan no usar efectivo y usar los servicios digitales para los pagos y transferencias a terceros.

Cuarto. El pago de los RD$100.00 por usar el sistema de Liquidación Bruta en Tiempo Real (LBTR) o Pago al Instante, en la misma línea que el punto anterior, si verdaderamente se quiere potencializar el desarrollo de los pagos digitales al instante, y que los usuarios del sistema financiero, sientan la eficiencia alcanzada a través de los medios de pagos, este costo que pagamos los usuarios, debe ser repensado por las autoridades a cargo de aplicar el mismo.

Inicialmente, ese cargo era aceptable para cubrir los costos de las tecnologías y equipos informáticos, sin embargo, ¡piense usted! que persona que gane $20 mil pesos, y tiene que hacer una transferencia de un banco a otro banco de $5 mil pesos, querrá pagar $100 pesos, que equivaldría a una tasa de un 2%, sólo por el valor de esa transferencia, que sumado al impuesto del 0.15%, le significaría a esta persona un costo de transacción de 2.15%.

Nuestra sugerencia, es que se eleve el umbral del pago de este cargo por usar el sistema LBTR, que el mismo sea exento para las personas físicas que realicen pagos al instante por un monto de hasta 50 mil pesos.

El pago al instante es una realidad que muchos dominicanos desean utilizar, el discurso no puede ser, existe una alternativa gratis, eso es el pasado y debemos avanzar hacia el futuro.

Quinto. Se deben revisar las normativas bancarias para promover mayor incentivo a la innovación y alianzas entre las empresas FINTECH con las entidades bancarias tradicionales. Normativas que sea agiles de aplicar y cumplir; que se puedan diferir de manera contable en un mayor plazo de tiempo los montos de las inversiones en tecnologías que realicen los bancos.

Desde esta columna estamos conscientes de que existen otros factores que limitan el desarrollo de los avances digitales de la banca dominicana a favor de los usuarios del sistema financiero, los cuales serán abordados oportunamente en los próximos artículos.

¡No es cuestión de usar un calzado sport para proyectar que se apoyan los avances digitales de los bancos, es cuestión de quitarse el velo, bajar de la nube, y hacer la percepción una verdadera realidad!