El BCE mantiene los tipos de interés en el 4,5%: todos los caminos hacia el primer recorte llevan a junio

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El Banco Central Europeo (BCE) no suele dar sorpresas y esta vez tampoco ha sido una excepción. El instituto monetario ha mantenido este jueves el precio del dinero sin cambios. El BCE ha celebrado este cónclave con la vista ya puesta en el primer recorte de los tipos de interés, que llegará, presumiblemente, en junio ante la intensa caída en el ritmo de crecimiento de la inflación (o desinflación). Aquí puede leer el comunicado.

El Consejo de Gobierno del organismo con sede en Frankfurt ha mantenido sin cambios los tres tipos de interés de referencia en su reunión de abril. Este ha sido el quinto cónclave en el que el BCE no mueve ficha desde que inició el ciclo de subidas de tipos en julio de 2022. A partir de entonces, el organismo elevó el precio del dinero en 10 reuniones consecutivas, hasta octubre pasado. Ahora ya van cinco en las que no los toca. Todo hace indicar que el próximo movimiento está a la vuelta de la esquina.

Con la decisión de hoy, esperada por los mercados, el tipo sobre la tasa de depósito (donde los bancos comerciales acumulan sus reservas) se mantiene en el 4%, el tipo de refinanciación repite en el 4,5%, máximos desde 2001, y el de la facilidad marginal de depósito se queda en el 4,75%.

División en el BCE

Christine Lagarde ha admitido que no ha sido una reunión sencilla. Aunque es habitual escucharle que hay unanimidad en las decisiones del Consejo de Gobierno, más allá de lo que después transmita a la prensa cada miembro, en esta ocasión la presidenta del BCE ha reconocido cierta división. «Unos pocos miembros» han mostrado la confianza suficiente en la senda de desinflación como bajar ya los tipos, ha reconocido Lagarde. Aquí puede ver cómo ha sido su rueda de prensa.

Por contra, la «gran mayoría» aún no tiene esa confianza y prefiere esperar a los datos económicos que vayan saliendo hasta junio. Y dichos «pocos miembros» han decidido finalmente sumarse al resto de sus compañeros en la decisión de hoy.

Lagarde también ha sabido ‘torear’ otra de las preguntas incómodas con cierta habilidad. A la cuestión sobre el caliente dato de inflación de EEUU en marzo publicado este miércoles, ha querido marcar distancias con el escenario económico al otro lado del Atlántico y con la respuesta que pueda dar la Reserva Federal (Fed): «Dependemos de los datos, no de la Fed, y lo que ocurra se incorporará a nuestras previsiones».

Cambios pequeños que dicen cosas grandes

Volviendo al comunicado, con la confirmación de más que esperado anuncio de que no se tocan los tipos de interés, la mayor expectación sobre el documento radicaba en los posibles cambios en la frase en la que el organismo defiende su hoja de ruta en política monetaria. La del último comunicado, en marzo, («los tipos de interés se sitúan en niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente a su objetivo»), el Consejo de Gobierno ha eliminado el «mantenidos durante un periodo suficientemente largo» y ha añadido al final «al proceso desinflacionario». Esto es un gesto dovish del BCE y termina de confirmar el recorte de tipos en junio.

Aparte de eliminar la referencia a mantener los tipos en estos niveles por un tiempo prolongado, la nota de prensa ha introducido una nueva frase respecto al último que es muy reveladora sobre sus próximos pasos a seguir: «Si la valoración actualizada por el Consejo de Gobierno de las perspectivas de inflación, de la dinámica de la inflación subyacente y de la fortaleza de la transmisión de la política monetaria aumentara aún más su confianza en que la inflación está convergiendo hacia el objetivo de forma sostenida, sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria».

La frase del anterior comunicado en este sentido era: «El Consejo de Gobierno seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción».Esta variación supone que el banco central deja la puerta abierta de par en par para que la primera bajada de tipos llegue el 6 de junio, es decir, en su próxima reunión.

«El BCE seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción»

Todos los caminos del primer recorte de tipos llevan a principios de verano. Dicha fecha está en la lista de todos los expertos y analistas que siguen al BCE. Con los datos y pistas ofrecidas por el propio ente, sería muy raro que no anunciase su primera rebaja del precio del dinero en más de cuatro años.

En esta ocasión, el Banco Central Europeo no ha ofrecido una actualización de sus previsiones sobre el crecimiento económico y la inflación en la eurozona. La última vez que lo hizo fue en su reunión pasada, la de marzo, y el Eurosistema (formado por el BCE y demás entes monetarios del euro) revisa el cuadro macro una vez al trimestre. Por tanto, no será previsiblemente hasta junio cuando vuelva a haber novedades al respecto.

De esta manera, el BCE ha tomado hoy su decisión sobre los tipos de interés y el resto de sus herramientas, contemplando que la subida de los precios en la zona euro se suavizará al 2,3% medio este año. La lectura preliminar del índice de precios al consumo (IPC) de marzo se situó en el 2,4% interanual, habiéndose moderado más de lo esperado por los analistas.

Los planes del balance se mantienen

Por otro lado, el comunicado ha señalado que el tamaño de la cartera del APP (el programa de compras no relacionado con la pandemia) está reduciéndose a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo.

Al mismo tiempo, el Consejo de Gobierno prevé seguir reinvirtiendo íntegramente durante el primer semestre de 2024 el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP (programa especial de la pandemia) que vayan venciendo.

En la segunda mitad del año, espera reducir la cartera del PEPP en 7.500 millones de euros mensuales en promedio. En principio, pondrá fin a las reinversiones en el marco del PEPP a final de 2024.

«El Consejo de Gobierno continuará actuando con flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de la cartera del PEPP que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia», dice el comunicado.

¿Qué pasará en el futuro próximo?

De cara a 2025, el BCE proyecta que el IPC medio será del 2%. Precisamente ese es el objetivo que se ha autoimpuesto la institución y que busca con su política monetaria: llevar la tasa de inflación en torno al 2% a medio plazo (al 2% simétrico, en términos técnicos). Con ello pretende cumplir con el mandato de la Unión Europea (UE) de que garantice la estabilidad de precios.

Básicamente, cuando el BCE sube los tipos de interés busca ahogar la demanda para disminuir la presión sobre los precios y, con ello, evitar que suban más. Eso es lo que hizo entre julio de 2022 y octubre del año pasado, elevándolos en 10 ocasiones consecutivas y con fuerza (hubo incrementos de 75 puntos básicos de una tacada, algo que nunca había sucedido en la corta historia del banco central).

Cuenta atrás para las bajadas de tipos

Sin embargo, si bien el ascenso del precio del dinero fue empinado y a marchas forzadas, el camino descendente será más calmado: a baja velocidad e incluso puede haber pausas. Así lo aseguró hace tres semanas Christine Lagarde indicando que no pueden comprometerse «de antemano con una senda concreta» sobre los tipos, «incluso tras el primer recorte» (que todavía no se ha producido).

«No nos vamos a comprometer a ninguna senda de bajada de tipos», ha hecho hincapié este jueves la presidenta del Banco Central Europeo en su rueda de prensa. Y ha reiterado una vez más su planteamiento de ir «reunión a reunión». Así, el organismo intenta deja la puerta abierta a hacer una pausa después del descontado descenso de junio.

En cambio, los inversores y analistas no terminan de creérselo por el momento. Contemplando que el primer recorte de tipos será el 6 de junio, «un retraso [de la bajada posterior] será mal considerado ya que los datos probablemente justifiquen un movimiento también en julio«, aseguró ayer en un comentario Daniel Loughney, director de Renta Fija de Mediolanum International Funds.

«La inflación volverá pronto a su objetivo», afirmó asimismo este experto, y es por lo que apuesta por que «el BCE recortará los tipos en septiembre, octubre y diciembre». Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, ha apuntado hoy en el mismo sentido: «Con la debilidad de la economía europea y la caída de la inflación, los recortes de los tipos de interés están justificados y son necesarios».

El BCE adelantará (presumiblemente) a la Fed

De confirmarse los pronósticos de los expertos, el Banco Central Europeo comenzará a abaratar el dinero antes que su homólogo de Estados Unidos, la Reserva Federal. No es habitual que el guardián del euro tome la delantera, pero en esta ocasión el contexto económico está jugando a su favor (o metiéndole presión, según se mire).

A modo comparativo: mientras el IPC de la eurozona descendió al 2,4% interanual en marzo, el de EEUU repuntó (por segundo mes consecutivo) al 3,5%, más de lo esperado y distanciándose de la meta de la Fed (inflación en el 2% y pleno empleo).

«Dada la situación [en Estados Unidos], no se producirá un recorte de tipos en junio, a menos que la economía cambie rápidamente de rumbo», afirmó ayer en un informe James Knightley, economista de ING Economics. «Julio también es dudoso, lo que significa que septiembre es el punto de partida más probable de cualquier flexibilización, lo que limitaría a la Fed a un máximo de solo tres recortes de tipos este año», agregó.