El debate en torno a la equidad tributaria ha adquirido una relevancia sin precedentes en nuestro país, máxime cuando la mayoría de los economistas están conscientes que el año 2024 será necesario una reforma fiscal con la finalidad de aumentar las recaudaciones y que. claramente, cargará más impuestos a la población de medianos y bajos ingresos.

Uno de punto que desde ya empezará a generar muchas controversias. y que puede hasta afectar la decisión del electorado indeciso para mayo del año 2024, es la exoneración de impuestos para los bienes de lujo adquiridos por individuos adinerados.

Específicamente, estamos hablando de exonerar de todos tipos de impuestos a las embarcaciones y yates de lujo por un período de diez años, lo cual sería un hecho sin precedentes en nuestro país, que generará un malestar social generalizado en la clase media, que es la que carga con la mayor proporción de impuestos de forma directa e indirecta.

Mientras la mayoría de los países del mundo tratan de aplicar impuestos progresivos para las personas y empresas con mayores ingresos, lo que se observa en la República Dominicana es todo lo contrario: la intención de cada vez otorgar mayores privilegios fiscales a los que más pueden pagar y aplicar impuestos regresivos que tienen un impacto proporcionalmente mayor en los contribuyentes con ingresos medios y bajos.

Exonerar de todos los tipos de impuestos a embarcaciones y yates de lujos puede tener varias implicaciones, tanto positivas como negativas, dependiendo de la perspectiva y los objetivos de la política fiscal. Entre las posibles implicaciones podemos citar:

Implicaciones positivas

Estímulo a la industria náutica: La exoneración de impuestos puede estimular la industria de la construcción y mantenimiento de embarcaciones de lujo, generando empleo y actividad económica en el sector.

Atracción de turismo de lujo: Países con una gran costa pueden atraer turismo de alto poder adquisitivo al ofrecer beneficios fiscales para la adquisición y uso de yates de lujo, lo que puede beneficiar a hoteles, restaurantes y servicios turísticos en general.

Incentivo a la inversión en puertos y marinas: La exoneración de impuestos puede incentivar la inversión en infraestructuras portuarias y marinas, lo que mejora la infraestructura y servicios disponibles para los barcos de lujo.

Implicaciones negativas

Pérdida de ingresos fiscales: La exoneración de impuestos significa que el gobierno dejará de percibir ingresos que de otra manera habrían provenido de los impuestos sobre la propiedad o importación de estos bienes.

Desigualdad económica: Al exonerar los impuestos sobre bienes de lujo, se está favoreciendo a un segmento de la población con un alto poder adquisitivo, lo que puede contribuir a una mayor desigualdad económica.

Posible desincentivo a la sostenibilidad: La exoneración de impuestos puede reducir el incentivo para que la industria de las embarcaciones de lujo invierta en tecnologías más sostenibles y amigables con el medio ambiente.

Percepción de privilegio y descontento social: La exoneración de impuestos sobre yates de lujo puede ser percibida por la opinión pública como una concesión a los más ricos, lo que podría generar descontento social y político.

Impacto en la infraestructura pública: El uso de instalaciones públicas (puertos, muelles, etc.) por parte de embarcaciones exoneradas de impuestos puede generar una carga adicional en la infraestructura pública, que aun así no recibe ingresos por impuestos.

En última instancia, la decisión de exonerar de impuestos a embarcaciones y yates de lujo dependerá de los objetivos y prioridades del gobierno, así como de la situación económica y social de nuestro país, donde la clase media y baja no aguanta un impuesto más, dado los bajos ingresos y la pérdida del poder adquisitivo que a lo largo de estos últimos años ha ido teniendo.

Es importante considerar cuidadosamente las implicaciones a corto y largo plazo antes de implementar una medida de este tipo. Si estamos exonerando impuestos ahora a los que más ricos que no salgan en el 2024 a decir que se requiere una reformar fiscal para que la clase media y baja paguen los impuestos que deberían pagar lo que han sido privilegiados con exoneraciones, exenciones e incentivos fiscales por muchos años.