Crisis laboral en alza: más de 26.000 empresas han cerrado en 2022
A pesar de las ayudas públicas facilitadas durante la crisis sanitaria, muchas empresas no pudieron superar en el año 2022 las complicaciones para desarrollar su actividad. Además, se unieron a los problemas derivados del COVID-19 la crisis provocada por la guerra en Ucrania y una inflación disparada.
El resultado de este mar revuelto lo muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE): En 2022 se disolvieron o cerraron 26.207 empresas. Supone un 10 % más que el año anterior y la cifra más alta desde que se registra la serie de datos. Incluso se ha batido la marca del año 2013, cuando cerraron más de 24.000 empresas.
Más de 6.000 empresas se declararon en concurso de acreedores, según los datos del Radar Empresarial de Concursos de Acreedores y Creación de Empresas y Disoluciones. Los sectores comerciales, de la construcción, de la industria manufacturera, la hostelería y las actividades profesionales, científicas y técnicas acapararon más de dos tercios del total de concursos presentados en España en 2022.
Solo en diciembre de 2022 desaparecieron de media 104 empresas cada día
Entrando algo más en el detalle de los 26.207 cierres de empresas se puede apreciar cómo se ha disuelto el tejido empresarial:
- El 79,1 % de las empresas que cerraron en 2022 lo hicieron voluntariamente.
- El 11,3 % se fusionó con otras sociedades.
- El 9,5 % lo hizo por otras causas.
Y esto también se traslada a cifras nada optimistas en cuanto a la constitución de nuevas empresas: se produjo la mayor caída en un mes de diciembre desde el año 2018. Después de que se disparara un 27,8 % en 2021 tras el fin de las restricciones asociadas a la pandemia, solo en diciembre de 2022 el número de nuevas empresas disminuyó un 5,3 %, un 2,1 % en el global del año.
También ha sido un año negativo para los autónomos: en los seis últimos meses de 2022 se perdieron más de 43.000 autónomos, unos 671 autónomos por día, siendo el peor dato desde 2012.
Las comunidades autónomas en las que se cerraron más empresas en 2022 fueron Madrid, Andalucía y la Comunidad Valenciana
Alrededor del 20 % de las empresas creadas en España no aguantan abiertas ni siquiera un año
Según datos del INE, además, solo un 45 % de estas empresas consiguen llegar a funcionar a los cinco años de su creación. España es el sexto país de la Unión Europea con menor tasa de supervivencia de las empresas.
La ralentización económica, el fin de la moratoria concursal, la crisis energética y de materias primas y la inflación pueden llevar al aumento de los impagos y de la morosidad. Las pequeñas y medianas empresas que, según datos de junio de 2022 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo suponen el 97 % de las empresas en España, tienen menos capacidad para trasladar los incrementos de costes en sus precios.
Esto las arrastra a una reducción de márgenes y a perder su rentabilidad y, en el peor de los casos, a declarar un concurso de acreedores exprés para cerrar la empresa. En 2022 se registraron 7.272 concursos de acreedores, disparándose un 24 % tras el fin de la moratoria concursal en junio de 2022.
Una empresa sin actividad sigue manteniendo una serie de obligaciones económicas y fiscales. No cumplirlas puede conllevar la posible imposición de sanciones. Si hay agujeros en la caja difíciles de solventar, si el resultado de explotación del negocio siempre es negativo, si es imposible reparar el desfase entre el plazo de facturación y el de cobro o se depende demasiado de ayudas públicas, puede ser el momento de valorar el cierre del negocio.
El asesoramiento profesional e incluso legal será muy importante para cumplir todos los trámites de disolución o cierre de una empresa y evitar más complicaciones.
En el caso de ser un trabajador autónomo, hay que solicitar la baja en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y en la Agencia Tributaria, sin dejar de atender los pagos o cotizaciones pendientes.
En el caso de una empresa o sociedad, algunos de los pasos a seguir para dejar la empresa inactiva son los siguientes:
- Dar de baja la actividad.
- Acordar la disolución o preparar la declaración de concurso de acreedores.
- Actualizar la contabilidad y elaborar el balance de disolución y liquidación.
- Gestionar las escrituras de disolución y liquidación.
- Liquidar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y la Plusvalía Municipal.
Los trámites y pasos dependerán de si se cierra la empresa con pérdidas, o bien porque no compensa o no es rentable y se quiere poner en marcha otro proyecto. Las leyes, normativas y procedimientos marcarán los tiempos, así como el coste final del proceso de cierre de la empresa. Si el negocio no tiene actividad y es una sociedad unipersonal, es posible que no tenga deudas ni trabajadores y el coste del cierre sea bajo. En todo caso, contar con expertos será una ventaja para cerrar la empresa sin más complicaciones de las deseadas.