La llamada ley de Modernización Fiscal lograría encarecer aún más los costos de vivir y hacer negocios en el país; y no lograría uno de los objetivos para la que se promueve: reducir el ritmo de endeudamiento.

La tabla muestra que el déficit fiscal de 2025 permanecería igual al del proyecto de presupuesto. El déficit esperado, tanto sin reforma como con reforma andaría entorno al 3.0% del PIB.

Se pretende incrementar las recaudaciones en más de RD$122,000 millones, con un aumento del gasto de más de RD$110,000, sin incluir aumentos en los programas Aliméntate y en los salarios mínimos de los servidores públicos.

Y las economías que se pudieran conseguir por fusiones y eliminaciones de entidades estatales no serían ahorros.

La tabla muestra los detalles. Desde el incremento de ingresos que esperan las autoridades, hasta los posibles ahorros por medidas denominadas de contención del gasto, pasando por el efecto del ahorro antes mencionado, que se cancela ya que se convierte en un gasto para otros destinos. Como se aprecia, el déficit quedaría en 2.9% del PIB.

Los hogares serán impactados por la ampliación de la base del ITBIS o IVA a una de las mayores tasas del continente: 18%. Pero un incremento en las bases de impuestos, con las mismas (o mayores tasas), encarecerá la economía y reducirá la demanda; equivalente a menos ventas.

Gravar las ventas a una mayor tasa equivale a un incremento del impuesto sobre la renta (ISR). Lo explicamos. Los involucrados en las cadenas de producción verán sus ventas reducirse.

Menos actividad económica equivale a menor rentabilidad. Los hogares pagarán más y los productores tendrán menos ganancias; como si se tratase de un aumento del ISR. Al final, el impacto negativo más fuerte será para el trabajador, ya que menos rentabilidad implica menos empleos e ingresos.

Por otro lado, eliminar exenciones de industrias específicas, sin realizar una reducción en las tasas impositivas y la simplificación del sistema tributario, será otro golpe para la competitividad de la economía y, potencialmente, menos inversiones.

Las exenciones, solo deberían eliminarse si se creara un sistema tributario competitivo, como el de la propuesta del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES).