Cinco buenas razones para subirse a la “ola” de los bonos azules

Compartir:
Compartir:

El aumento de la temperatura marina, la acidificación de los océanos y el incremento del nivel del mar son consecuencias del cambio climático. 

Estos cambios impactan los ecosistemas marinos y ocasionan decoloración de los corales, destrucción del hábitat y alteración de los patrones migratorios. Así como impactos en la producción y cadenas de abastecimiento de alimentos. 

Los bonos azules son una subcategoría de los bonos verdes. Están destinados a financiar proyectos que contribuyen a la economía azul y a conservar y restaurar el océano y aprovechar el potencial de las industrias marinas sostenibles, como la pesca, la acuicultura y las energías renovables. 

A pesar de ser un campo relativamente nuevo, los bonos azules están atrayendo a un creciente número de inversionistas interesados en la sostenibilidad.

La economía azul se refiere a todas las actividades económicas que dependen de los océanos y sus recursos. Esto incluye la pesca, la acuicultura, el turismo costero, el transporte marítimo y la energía renovable marina, entre otros.

El propósito es generar ingresos al tiempo que promueven esfuerzos de conservación y restauración del ecosistema marino, y se generan actividades sostenibles para las poblaciones vulnerables y las mipyme.  

Los bonos azules financian proyectos en estas áreas que tienen un impacto positivo en los océanos y sus ecosistemas.

¿Por qué invertir en bonos azules?

Hay varias razones por las que los bonos azules son una buena inversión:

  • Transparencia y trazabilidad: Los bonos azules ofrecen a los inversionistas una mayor transparencia y trazabilidad de sus inversiones. Los fondos recaudados se destinan a proyectos específicos que contribuyen a la economía azul, lo que permite a los inversionistas saber exactamente cómo y dónde se está utilizando su dinero.
  • Impacto ambiental positivo: Al financiar proyectos que contribuyen a la economía azul, los bonos azules tienen un impacto ambiental positivo. Esto incluye la protección de la biodiversidad marina, la reducción de las emisiones de carbono y la promoción de prácticas sostenibles en la industria pesquera y acuícola.
  • Acceso a nuevos mercados: Los bonos azules abren un nuevo nicho de financiación. Esto permite a las empresas acceder a recursos específicos que están disponibles en el mercado, como los fondos del BID Invest para financiar proyectos azules.
  • Mejora de las prácticas de gestión de riesgos: Al requerir que los emisores sigan guías y prácticas ambientales, los bonos azules promueven la implementación de mejores prácticas en la gestión de riesgos.
  • Ofrece buenos rendimientos: Cerca de la mitad de la población mundial vive en zonas cercanas o desarrolla actividades relacionadas con los océanos. Eso hace que todas las actividades relacionadas con la economía azul sean atractivas desde el punto de vista del retorno de inversión. 

Banco Bolivariano

El sector bancario de Ecuador lleva mucho tiempo comprometido con la sostenibilidad.  En 2016, la Asociación de Bancos Privados (Asobanca) lanzó el Protocolo de Finanzas Sostenibles, una iniciativa estratégica que ha promovido que los bancos comerciales gestionen una agenda conjunta de finanzas sostenibles. 

La versión 2.0 de este protocolo añadió una nueva línea de desarrollo social dentro de las estrategias de finanzas sostenibles, reforzando el trabajo que realizan los bancos para abordar desigualdades sociales como la brecha de género y la exclusión financiera. 

El enfoque de Ecuador en la economía azul, que implica utilizar y conservar cuidadosamente los recursos marinos, es crucial, sobre todo para el próspero sector pesquero y las exportaciones de camarón del país.

Banco Bolivariano, un banco comercial ampliamente reconocido por su compromiso con la responsabilidad social corporativa, emitió un bono azul por US$80 millones para proyectos sostenibles relacionados con productos del mar, la gestión del agua, las aguas residuales y los residuos sólidos, e iniciativas de economía circular. 

Con la mayoría de los fondos destinados al sector de la acuicultura, la emisión implicó trabajar con empresas que cumplen con certificaciones internacionales para garantizar que sus operaciones son sostenibles. 

Además, Banco Bolivariano recibe servicios de asesoría de BID Invest para mejorar su estrategia de sostenibilidad y alinearla con el TNFD (Task Force on Nature-related Financial Disclosures).

Un análisis exhaustivo

Además de lo explicado en el ejemplo anterior, los bonos azules pueden abarcar un espectro mucho más amplio de actividades. 

Por ejemplo, un nuevo proyecto de BID Invest en la región se enfoca en turismo sostenible, proyectos inmobiliarios costeros, sistemas de agua potable, el sector de las infraestructuras relacionadas con el agua, las costas o actividades productivas conectadas a los océanos. 

Desde BID Invest, trabajamos muy de cerca con los emisores para determinar la segmentación adecuada de proyectos azules. 

Para la definición de categorías de inversión azul, se realiza un análisis de relevancia del marco legal, político e institucional del país donde se realiza el proyecto, además de la zona marino-costera, la protección de la zona marítimo terrestre, la zona urbana litoral. 

El análisis incluye también lo relacionado con otros temas como la biodiversidad, el ambiente, la conservación de la vida silvestre, el desarrollo turístico, la vivienda, el urbanismo, el agua, el agua potable, las aguas residuales y los residuos sólidos. 

Fuente: