El uso de tarjetas de crédito y débito se ha vuelto la norma en transacciones comerciales. Sin embargo, esta conveniencia también ha dado lugar a prácticas cuestionables por parte de algunos establecimientos comerciales, como la inclusión de propinas no autorizadas en los vouchers de tarjeta.

Esta práctica injusta deja a los clientes vulnerables a cargos no deseados y destaca la necesidad de una mayor protección por parte de los bancos. En este artículo, examinaremos el problema de las propinas extras no autorizadas y argumentaremos por qué los bancos deberían considerar bloquear este tipo de transacciones.

En muchos restaurantes y establecimientos de servicios, es común que se agregue automáticamente la propina legal al total de la cuenta, especialmente cuando se paga con tarjeta de crédito o débito.

En ocasiones, algunos clientes suelen después de firmar el voucher incluir una propina extra por el buen servicio del restaurante, sin embargo, al parecer se está volviendo una práctica frecuente el cobro de propinas extras sin el consentimiento expreso del cliente, lo que resulta en cargos no deseados y a menudo excesivos en el estado de cuenta del cliente.

Las propinas no autorizadas es una falta de protección y de respeto para los clientes. A menudo, los establecimientos justifican estos cargos argumentando que están en sus políticas, y en otras ocasiones el establecimiento le comunica al cliente que fue un error y le solicita que llame a su banco y que abra una reclamación por el cobro indebido.

El comercio, en muchas ocasiones, opera bajo la premisa del «bajo monto», donde pequeños cargos adicionales, como propinas no autorizadas, pueden parecer insignificantes individualmente y el cliente no se molestará en reclamar al comercio ni al banco dicho cargo adicional.

Sin embargo, es crucial comprender que estos cargos pueden tener un impacto significativo cuando se acumulan a través del volumen de transacciones realizadas diariamente. Aunque un cargo adicional por propina puede parecer trivial en una sola transacción, su efecto se magnifica cuando se multiplica por el número de clientes afectados.

Esta práctica no solo puede afectar negativamente la percepción del cliente sobre un establecimiento, sino que también puede erosionar la confianza en el comercio en general, por lo tanto, es fundamental abordar esta cuestión y garantizar que los consumidores estén protegidos contra cargos no autorizados que pueden acumularse y tener un impacto significativo en sus finanzas personales.

Los bancos desempeñan un papel crucial en la protección de los intereses de sus clientes. Como intermediarios en las transacciones financieras, tienen la responsabilidad de garantizar que se respeten los derechos y deseos de los clientes.

Los bancos podrían implementar medida de requerir una autorización explícita del cliente antes de procesar el consumo, es decir que se incluya la propina extra en la factura previamente al pasar la tarjeta por el verifone.

Otra medida posible sería implementar sistemas que detecten y bloqueen automáticamente los cargos adicionales por propinas no autorizadas en las transacciones con tarjeta de crédito o débito sin presencia del plástico. Esto requeriría una mayor vigilancia por parte de los bancos y una cooperación estrecha con los comercios para garantizar que los clientes solo sean cobrados por los servicios que han solicitado y aceptado.

La protección de los derechos del consumidor debe ser una prioridad para todas las partes involucradas en las transacciones financieras. Los bancos tienen la responsabilidad de garantizar la transparencia y la equidad en las transacciones de sus clientes. Al tomar medidas para bloquear el cobro de propinas extras sin autorización, los bancos pueden desempeñar un papel importante en la defensa de los derechos del consumidor y promover prácticas comerciales justas y éticas en la industria de servicios.