Bancos Centrales de Centroamérica y República Dominicana (CARD) evalúan las condiciones económicas de la región en lo que va de 2022

08-07-2022
Economía y empleos
SECMCA, Costa Rica
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En el marco de la 295 Reunión del Consejo Monetario Centroamericano (CMCA), efectuada en modalidad virtual el 7 y 8 de julio de 2022, las autoridades de los bancos centrales de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana (CARD) evaluaron el desempeño durante el presente año y perspectivas de la economía regional y de cada país, para lo que tomaron en cuenta la evolución del producto interno bruto, la inflación, las condiciones financieras, la situación fiscal y el entorno internacional relevante. Las autoridades hicieron particular énfasis en las presiones inflacionarias externas derivadas del incremento de los precios internacionales del petróleo y otras materias primas, las interrupciones en las cadenas globales de suministros a nivel mundial, la mayor incertidumbre asociada al conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania y los efectos persistentes de la pandemia, sobre todo en China.

Se observó que, luego de la importante recuperación de la actividad económica en 2021, influenciada por una combinación de factores, que incluye el aumento del crédito al sector privado (empresas y hogares), la mayor inversión pública, la recuperación de flujos externos procedentes de las exportaciones, remesas, inversión extranjera directa y turismo, entre otros, continúa una dinámica de crecimiento en la región en 2022, a tasas que han tendido a desacelerarse respecto a lo previsto a inicios del año y que muestran una convergencia hacia las observadas previo a la pandemia del COVID-19.

De acuerdo con la información disponible, el crecimiento económico de CARD al primer trimestre de 2022 se ubicó en torno a 5.7%. En ese sentido, Costa Rica presentó una expansión de 7.9%, El Salvador de 2.4%, Guatemala de 4.5%, Honduras de 6.1%, Nicaragua de 5.8% y la República Dominicana de 6.1%. Asimismo, se observa que el proceso de recuperación opera en distintas velocidades entre las actividades económicas, lo que sugiere que algunos países consideren políticas sectoriales que permitan mejorar el desempeño económico de los países de la región.

Las presiones inflacionarias continúan manifestándose en la mayoría de los países como resultado del contexto internacional. La rápida expansión de la demanda agregada, el alza en los precios internacionales de los bienes primarios, especialmente el petróleo y sus derivados, y los problemas en las cadenas de suministro, entre otros factores, han afectado principalmente los precios de rubros de transporte y alimentos en la canasta de bienes y servicios incluidos en el índice de precios al consumidor (IPC).  En este contexto, la mayoría de los bancos centrales de la región han aumentado sus tasas de política monetaria para atenuar el alza de precios.

La variación interanual promedio del IPC en la región llegó al 8.2% en mayo de 2022, lo que muestra una tendencia hacia la aceleración en el primer semestre del año, que se espera se modere hacia el segundo semestre. En ese sentido, la tasa de inflación observada por país fue de: 8.7% en Costa Rica, 7.5% en El Salvador, 5.8% en Guatemala, 9.1% en Honduras, 10.6% en Nicaragua y 9.5% en la República Dominicana.

Hacia adelante, y en consonancia con la evolución de la actividad económica global, la mayoría de los bancos centrales proyectan un desempeño regional positivo, con un crecimiento esperado de 4.0% (4.5% estimado en marzo) y con presiones inflacionarias aún presentes, aunque con tendencia a moderarse hacia el cierre del año. No obstante, reconocen que, en torno a sus pronósticos, se mantienen riesgos tales como la evolución de la pandemia, una reversión más acelerada de lo originalmente esperado de los estímulos monetarios por parte de los bancos centrales de las principales economías, sobre todo el caso de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América, y las consecuencias derivadas del conflicto Rusia-Ucrania, entre otros, por lo que las autoridades monetarias estarán atentas a actuar con las medidas de política monetaria y financiera apropiadas, cuando fuera necesario.