Generación Z pierde interés de ver fútbol por TV. Las redes, Netflix y los eSports, ganan.
El mundo en el que vivimos está pasando por una de las épocas más cambiantes de su historia reciente. Con las nuevas tecnologías evolucionando a un ritmo más rápido del que quizás se necesita para conocerlas en profundidad, numerosas industrias viven en una carrera contrarreloj para no quedar obsoletas en un abrir y cerrar de ojos y seguir así captando el mayor número de adeptos posibles.
El fútbol no es ajeno a un cambio en el que, por ejemplo, el cine y las series han encontrado su lugar gracias a las plataformas de VOD como Netflix, pero al deporte rey todavía le falta terminar de encajar en esta era de la inmediatez para captar a las nuevas generaciones.
«Un 40% de los jóvenes entre 18 y 24 años no tiene interés en el fútbol»
Precisamente, la Generación Z, los nacidos entre 1996 y 2012, y los mayores consumidores de medios y contenido digital, se está convirtiendo en el talón de Aquiles de una industria que a lo largo de la historia le ha bastado con ser ella misma para triunfar. Así lo admitió el presidente de la Asociación Europea de Clubes, Andrea Agnelli, en la última asamblea celebrada, y pidió un cambio a un pensamiento más «progresista» frente al conservadurismo que hasta ahora les ha definido.
Además, quiso poner el foco en los jóvenes de 18 a 24 años, afirmando que entre ellos, «un 40% no tiene interés en el fútbol«. Un grupo de consumidores caracterizados por ser muy volátiles en cuanto a sus intereses, haciendo que su consumo del fútbol -y del deporte en general- haya cambiado radicalmente con respecto a sus antecesores.
Según un estudio de Sport Business Daily, solo un 41% de los Gen Z siguen su deporte favorito por televisión, un 34% menos que los baby boomers. Sin embargo, ellos mismos indican dónde han de centrar su foco los jefes del fútbol, en las redes sociales, donde los jóvenes en EE UU pasan más de tres horas semanales consumiendo contenido ajeno a los partidos.
De hecho, por si fuera escaso el mencionado porcentaje, la gran mayoría hace uso de hasta una o dos pantallas más mientras tanto, combinadas de distintas maneras. Mientras ven un partido en televisión, se «distraen» con las redes sociales en el móvil; o siguen el fútbol en un ordenador mientras juegan a videojuegos en la televisión.
La tendencia apunta a que todo este tipo de contenidos está sustituyendo a ver un partido completo, y, de manera obligatoria, haciendo que pierdan interés en el fútbol. Una clara muestra de la versatilidad que tienen las nuevas generaciones para tener su atención enfocada en varias fuentes distintas, pese a que esta es cada vez más corta gracias a la cultura de la inmediatez.
No obstante, el principal problema del fútbol pasa por su competencia en el entretenimiento, también perjudicada por esta limitación en la atención. Además de las redes sociales, la gran oferta sin ningún tipo de espera de series, películas, documentales y demás, que ha crecido exponencialmente en los últimos años con la democratización de Netflix, Prime Video o HBO, ha absorbido una gran audiencia que olvida el fútbol en directo y, con suerte, seguirán lo que le ocurra a su equipo a través de su móvil mientras ven la televisión.
Del mismo modo, es necesario recalcar el innegable efecto que ha tenido la compra de los derechos de retransmisión de los partidos por operadores de pago, haciendo que, en el caso español, solo haya un partido de los diez que componen la jornada de LaLiga que se retransmite en abierto.
Los videojuegos también han acaparado esa afición de los más jóvenes, quienes en muchas ocasiones prefieren jugar con los simuladores de fútbolcomo FIFA o Pro Evolution Soccer, en lugar de ver un partido real. Todo ello, sin mencionar el fulgurante crecimiento de los eSports, que en redes sociales avanza en un 23,5% anual en cuanto a interacciones, un claro indicador sobre el interés en aumento de esta industria que perjudica al fútbol.
El Marsella abre el camino
El niño de 14 años invencible en FIFA 21 pierde su primer partido tras 535 victorias seguidas
No obstante, tanto los clubes como los organismos siguen teniendo espacio en las nuevas tecnologías para favorecer el crecimiento del fútbol, como ha hecho el Olympique de Marsella para «adaptarse a la nueva generación», como asegura el director general del equipo, Hugues Ouvrard, quien admite que «el fútbol es menos rey».
El Marsella trabaja ya con la última plataforma de moda, Twitch, donde hace varios meses retransmitió sus partidos amistosos de pretemporada con una gran audiencia. Además, el club francés se ha metido de lleno en los eSports de la mano del club de de los hermanos Griezmann, participando también en campeonatos de otros juegos como el famoso Fortnite. De hecho, para acercarse a los aficionados más jóvenes también han salido del deporte, con su sello de música urbana OM Records.
La pandemia no se queda de lado
Por si la coyuntura social no ha apretado lo suficiente el cuello de los clubes de manera directa, los partidos a puerta cerrada también perjudican al crecimiento del deporte. El hecho de que los aficionados más jóvenes no puedan acceder a los estadios a apoyar a sus equipos o simplemente a vivir la experiencia futbolística, hace que estos olviden o no conozcan la esencia intangible de ver el fútbol en vivo.
Desde el deslumbramiento de los focos subiendo las escaleras del vomitorio hasta el grito al unísono de «gol» con miles de personas que no conocen a las que les une el amor a unos colores. Algo que tanto los aficionados como el propio fútbol necesitan para volver a ser lo que era.