La destacada crítica de arte Gilda Matos expresó que la difusión del arte, en cualquiera de sus manifestaciones, ha sido imprescindible para la humanidad poder soportar la pandemia del coronavirus.

Entrevistada en el espacio Cita Cultural con Yanela Hernández, que se transmite por Tele Santo Domingo, Matos destacó que la pandemia no impidió que las artes visuales descollaran en los espacios virtuales.

“Sin arte, esta pandemia hubiese sido muy aburrida. Gracias al arte pudimos disfrutar de videos, conversatorios, música, cine, teatro virtual, pintura y otras expresiones”, detalló.

La también escritora de varios libros sobre arte y cultura consideró que el coronavirus ha generado en el arte una nueva visión y nuevos espacios. También resistencia -agrega- y ha demostrado lo imprescindible que es el arte para la humanidad.

Para la reconocida crítica de arte la tecnología tiene mucho que ver con la manifestación de las artes visuales y con el uso de elementos de expresión contemporánea.

“La situación obliga a los artistas a repensar la tecnología como medio de difusión, proyección y de mercado del arte. Como fuente de creación artística”, declaró.

Gilda Matos señaló la Moneda no fungible NFT como herramienta de las nuevas tecnologías que permiten la divulgación, promoción y comercio del arte.

“Hay otro elementos que han cambiado. Ya no hay un aura de artistas que van a una academia y luego son las grandes estrellas del arte visual. Ahora aparecen artistas como el Beeple (Mike Winkelmann), quien es un testimonio de cómo ha cambiado el arte”, expresó.

La mujer y el arte

Con respecto a la participación de la mujer en el arte durante la pandemia, la crítica Gilda Matos indicó que el 2021 fue un año de oportunidades y de cambio y las mujeres estuvieron presentes en todo el accionar cultural en República Dominicana.

“Hubo un fuerte dinamismo de actividades. En el 2021 abundaron los foros. Se creó la primera asociación de la historia del arte en República Dominicana. Hubo muchos avances”, comentó.

Sin embargo, entiende que la paridad de género debe asumirse como real política de Estado. Propone una plataforma de apoyo a los críticos de arte, para que el trabajo tenga recompensas y sea sustentable en el tiempo.