Junto a los supermercados, gasolineras o tiendas de alimentación, las librerías fueron clasificadas por el gobierno de Bélgica como servicio esencial, ante la segunda ola de coronavirus por la cual endurecieron las restricciones, decretando un nuevo encierro durante seis semanas.

La medida responde al objetivo de cuidar la salud mental de los ciudadanos de esa nación europea.

Las librerías podrán permanecer abiertas, con todas las precauciones sanitarias, al haber sido considerada la literatura como una ayuda para sobrellevar la ansiedad y el malestar que genera la pandemia.

«Nada mejor que abrir un libro para escapar de la terrible situación que estamos viviendo. Nos parece fundamental desarrollar la atención a los más vulnerables, pero también al nivel de salud mental de todos los belgas. La cultura tiene un papel muy importante que desempeñar en esta área», explicó Georges Gilkinet, viceprimer ministro belga, en unas declaraciones al diario Le Soir.

Fuente: Cultura Inquieta