Emilio Prud’Homme y Maduro. Así lo nombraron sus padres al nacer el 20 de agosto de 1856 quien 27 años después, escribiría las gloriosas letras del Himno Nacional Dominicano. Un día como este 21 de julio, pero de 1932, falleció en Santo Domingo.

Oriundo de Puerto Plata, hijo del español Pedro Prud’homme y la dominicana Ana Maduro, Emilio se hizo abogado, poeta y pedagogo, profesión en la que descolló.

Discípulo del maestro Eugenio María de Hostos, Emilio Prud’homme dedicó prácticamente toda su vida al magisterio. Gran parte de sus obras literarias estuvieron orientadas a la exaltación de los valores patrióticos, el respeto y amor a la soberanía y la defensa de la Independencia Nacional.

Por lo dicho antes, Emilio Prud’homme es considerado unos de los grandes difusores de la identidad nacional dominicana y colaborador de los valores patrios y morales de República Dominicana.

El Himno Nacional Dominicano, su obra cumbre, para la historia dominicana, fue escrito en 1883, con música de José Reyes, y corregido en 1897, cuando se usó por primera vez en actos oficiales del país.

Entre sus obras, se destacan «El 16 de agosto», «A la juventud dominicana», «A mi Patria», «Déjame soñar», «Mi tierra mía», «Himno Nacional Dominicano», «Gloria a la idea», «Contra hibridismo», «A Bolívar» y «Canto a América».

En 1916, cuando se produjo la intervención estadounidense, fue una de las voces que se levantó en protesta por la pérdida de la soberanía nacional.

Emilio Prud’Homme Maduro falleció en 1932, en la ciudad de Santo Domingo. Sus restos descansan en el Panteón Nacional.