Roberto Rodríguez Marchena: el pastor con olor a oveja

04-06-2025
Comunicación
Ojalá, República Dominicana
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En el ejercicio de la comunicación política dominicana, pocos nombres resuenan con tanta profundidad y cercanía como el de Roberto Rodríguez Marchena.

No solo fue un estratega, un profesional apasionado y un comunicador visionario, sino también un ser humano empático, comprometido y cercano a quienes lo rodeaban. Para muchos, fue más que un colega o jefe: fue un amigo, un guía, un compadre. Fue, en esencia, un verdadero pastor con olor a oveja.

Inicios en la reforma del Estado

Corría el año 1996 cuando, de la mano de Rodríguez Marchena, se iniciaba una de las múltiples batallas en el ámbito de la comunicación gubernamental: la participación en la Comisión de Reforma del Estado.

En ese entonces, se gestaban ideas transformadoras que impregnaban incluso los colores de las oficinas, con enfoques orientados a la descentralización, la reforma constitucional y la administración pública.

A su alrededor se articulaba un equipo de comunicación compuesto por nombres como Guillermo Ricart Calventi, Pedrito Guzmán y Domingo Batista, entre otros. Su misión era difundir las innovadoras reformas del Estado. Esta tarea fue asumida con vocación casi sacerdotal, guiada por el pensamiento libre, revolucionario y profundamente conectado con la era digital que caracterizaba a Marchena.

De esta visión nacieron iniciativas como la primera Expo Reforma del Estado, dirigida a la diáspora dominicana en Estados Unidos, y la creación del periódico Noticias de la Reforma, un órgano informativo que documentaba y difundía los avances del proceso reformista, trascendiendo las fronteras dominicanas.

Militancia y comunicación con propósito

Tras un breve paso fuera del Estado, Marchena regresó con fuerza al escenario político, participando activamente en las campañas electorales del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Se convirtió en un férreo defensor de los ideales del entonces candidato presidencial Danilo Medina, con quien compartía la visión de un gobierno más humano y solidario, centrado en políticas públicas pensadas para y por los ciudadanos.

En 2012, con la llegada de Medina al poder, Rodríguez Marchena asumió la vocería del gobierno y la Dirección General de la Dirección de Comunicaciones (DICOM). Allí reorganizó por completo el ecosistema comunicacional estatal, incorporando a su equipo a numerosos actores del mundo digital, a quienes denominó con acierto “microempresarios de la comunicación”.

Bajo su liderazgo, se les dio participación en el reparto publicitario oficial, sin discriminaciones.

Democratización de la información

La labor de DICOM bajo su dirección fue mucho más que una reorganización estructural: representó una revolución en la relación entre el gobierno y la sociedad. Los contenidos comunicacionales comenzaron a centrarse en los porqués y los impactos reales de las políticas públicas, acercando la información al ciudadano común de forma clara y efectiva.

Por eso, no es exagerado afirmar que Roberto Rodríguez Marchena impulsó una verdadera democratización de la información en la República Dominicana. Desde la Dirección General de Comunicación, su impacto trascendió lo institucional para incidir en la cultura mediática y ciudadana del país.

Un legado humano

Más allá de sus logros profesionales, Marchena será recordado por su humildad, su sencillez y su inquebrantable amor al prójimo. Su liderazgo, como el de un verdadero pastor con olor a oveja, se basó en el contacto real y empático con las personas, compartiendo sus experiencias, necesidades y desafíos.S

Su legado no solo vive en los archivos de la comunicación gubernamental, sino en los corazones de quienes tuvimos el privilegio de caminar a su lado.