Un embrión de dinosaurio muy bien conservado aporta nuevos datos sobre las aves modernas

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A lo largo del último siglo se han descubierto muchos huevos de dinosaurio fosilizados, pero encontrar uno con un embrión bien conservado en su interior es bastante excepcional.

Esta semana, un equipo de investigación ha descrito un embrión perfectamente conservado dentro de un huevo fosilizado, con una edad estimada de entre 72 y 66 millones de años, descubierto en el sur de China. Los detalles se publican en la revista iScience.

“Este espécimen está entre los embriones de dinosaurio mejor conservados que se han encontrado”, explica a SINC Fion Waisum Ma, de la universidad de Birmingham (Reino Unido) y una de las autoras del estudio. “Su postura dentro del huevo es similar a la de un pájaro moderno a punto de eclosionar, lo que indica una potencial similaridad en el comportamiento previo a la eclosión entre este dinosaurio y las aves modernas”, añade la investigadora.

Una postura similar a la de las aves

La distintiva postura que adquiere un ave justo antes de salir del huevo se creía única de los pájaros, pero gracias a este descubrimiento, ahora se cree que este comportamiento postural prenatal pudo originarse entre los terópodos no avianos durante el cretácico, según los autores. Los científicos resaltan que en las aves modernas, esta postura se alcanza al final de la incubación, y se asocia al “plegamiento” —un movimiento embrionario controlado por el sistema nervioso central que es fundamental para el éxito de la eclosión—, ya que los embriones que no alcanzan esas posturas tienen más posibilidades de morir por no haber podido romper el huevo.

Foto del embrión de oviraptorosaurio «Baby Yingliang».

“La mayoría de embriones de dinosaurios no avianos están incompletos, o con el esqueleto disgregado”, subraya Waisum. “Intuimos que este ejemplar fue enterrado rápidamente por barro o arena, lo que lo ha protegido de la erosión o los carroñeros”, añade.

Un fósil redescubierto

El trozo de roca que contenía el espécimen—apodado ‘bebé Yinglian’ — fue adquirido en el año 2000 por el director de una empresa minera china llamada Yingliang Group, que sospechaba que podía contener huevos fósiles en su interior.

El ejemplar acabó finalmente en un almacén de la empresa, hasta que diez años después, durante la construcción de un Museo de Historia Natural de la Piedra financiado por el conglomerado minero, trabajadores del mismo lo redescubrieron; un hecho que parece repetirse a menudo en la historia de la paleontología.

El Yingliang ha sido identificado como un oviraptorosaurio por su cráneo profundo y sin dientes. Los oviraptorosaurios son un grupo de dinosaurios terópodos emplumados, estrechamente relacionados con las aves actuales, conocidos en el Cretácico de Asia y Norteamérica.

Es probable que sus formas de pico y tamaños corporales variables les permitieran adoptar una amplia gama de dietas, incluyendo la herbívora, la omnívora y la carnívora.

Para los firmantes del estudio, es necesario investigar más embriones de fósiles para reforzar la hipótesis de que el comportamiento postural prenatal de las aves podría haberse originado en los terópodos no avianos.

De momento, continuarán estudiando con más detalle la anatomía interna de este espécimen, mediante el uso de diferentes técnicas de captación por imagen.

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