¿Sabéis que opinaba el célebre inventor Thomas Edison sobre dormir? Que era una pérdida de tiempo, una herencia de nuestra época en las cavernas. Pero los últimos estudios en neurociencia dicen todo lo contrario. La ciencia ha demostrado la importancia de dormir para manatener una buena salud y la relación estrecha que existe entre sueño y memoria.

En experimentos en laboratorio se ha comprobado que, si no se deja dormir a las ratas, mueren a las dos o tres semanas. En todas las especies, la privación de sueño provoca daños neurológicos y, con el tiempo, conduce a la muerte.

Aunque cuando dormimos parece que le hayamos dado al botón de “off” a nuestro cuerpo, lo cierto es que el cerebro no está para nada inactivo. De hecho, algunas áreas trabajan mucho más que cuando estamos despiertos. 

¿Qué está haciendo nuestro cerebro mientras dormimos?

Hay distintas hipótesis. Una propone que sirve para relajar las conexiones neuronales y olvidar aquellas cosas del día anterior que no son esenciales. Por ejemplo, podemos no tener ni idea de qué desayunamos ayer, pero cada mañana recordaremos perfectamente dónde está el café.

Durante el día, las neuronas de nuestro cerebro se comunican continuamente y las uniones entre ellas se refuerzan. Por la noche, las cosas que no son importantes se desconectan y olvidamos algunas cosas. De este modo, al día siguiente nuestro cerebro está preparado para adquirir nuevos conocimientos. 

¿Cómo duermen los animales?

El sueño es sin duda uno de los aspectos más desconocidos de la biología animal. Aves y peces tienen patrones muy distintos de los mamíferos.

Lo que parece demostrado es que esos periodos, como en el caso de los humanos, sirven para regenerar neuronas, o consolidar conocimiento. Se cree que por eso, las crías de los animales duermen más, porque necesitan aprender mucho cada día.