La variedad de “vecinos” favorece la supervivencia en las comunidades vegetales
Los yesos mediterráneos son ecosistemas que se caracterizan por tener unas condiciones difíciles para el crecimiento de las plantas. Pese a ello, cuentan con una alta diversidad y densidad de plantas anuales. Coexisten así, sorprendentemente, una gran variedad de plantas bajo condiciones ambientales restrictivas.
Para darle una explicación, el equipo científico de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y el Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha investigado a fondo este fenómeno. De tal forma que ha averiguado que las plantas que se rodean de una amplia pluralidad filogenética, es decir, de vecinos distintos a ellas desde el punto de vista evolutivo, se reproducen y sobreviven mejor que aquéllas cuyos componentes están emparentados. Asimismo, estas comunidades formadas por especies alejadas entre sí responden mejor a condiciones de sequía.
Según explica la investigadora de la URJC Rocío Chaves Jiménez, “la novedad de este estudio radica en su enfoque experimental”, puesto que, hasta el momento, solo se han realizado investigaciones observacionales, los cuales, aunque han aportado información muy valiosa, no permiten aclarar inequívocamente si la diversidad filogenética en el conjunto de especies coexistentes es una causa o una consecuencia de los procesos de conformación de la comunidad.
“La manipulación controlada de la diversidad ofrece una vía especialmente eficaz en la identificación de mecanismos clave implicados en la organización de las comunidades biológicas”, añade la investigadora. De este modo, para el estudio, se diseñó un experimento de jardín común en el que se crearon dos tipos de comunidades de plantas anuales de estepas yesosas ⎯alta frente a baja diversidad filogenética⎯ mediante la siembra de combinaciones de especies seleccionadas en base a su posición en el árbol filogenético de la comunidad.
Aquellas con baja diversidad filogenética estaban formadas por siete especies estrechamente emparentadas desde el punto de vista evolutivo. Por su lado, para las comunidades con alta diversidad filogenética se escogieron siete especies alejadas entre sí en el árbol filogenético. Ambas comunidades fueron sometidas a dos tipos de tratamiento de riego: control y sequía.
Durante el desarrollo del estudio, se contaron regularmente el número de individuos supervivientes y de individuos en flor, así como los que llegaron a dar frutos maduros. Finalmente, como señala la investigadora, se analizaron “los datos del número de individuos supervivientes, por especie y por maceta, el número de especies supervivientes por maceta, de individuos en flor y de ejemplares que produjeron frutos”.
Mecanismos para el desarrollo de planes de conservación
Los resultados obtenidos, publicados recientemente en la revista Scientific Reports, muestran mayor supervivencia y éxito reproductivo en las combinaciones diversas, es decir, cuando las plantas viven rodeadas de vecinas alejadas evolutivamente. Estas diferencias, además, se acentuaron en sequía.
Todo ello apunta a la complementariedad ecológica entre especies como mecanismo de organización principal de estas comunidades y sugiere que una diversidad alta puede favorecer el éxito de los individuos y del grupo bajo condiciones limitantes para la vida vegetal. Este hecho debería considerarse a la hora de diseñar planes de restauración y conservación en las estepas yesosas ibéricas, especialmente bajo las predicciones del cambio climático.
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