Los salmones que acaban de desovar son una presa fácil, y ver a un oso atrapar uno justo cerca de la estructura de madera en el arroyo que hemos construido para restaurar el hábitat de estos peces fue bastante impresionante, tan aleccionador y un gran recordatorio de cómo estos peces conectan todo mundo.

Los salmones nacen en los lechos de gravilla de los ríos de sus padres rojizos después de desovar. Se alimentan allí por un tiempo antes de bajar a los océanos para pasar su vida adulta, y la salud de todas estas aguas afecta su salud. ¡Estos peces no solo se alimentan de estos ecosistemas, sino que ellos también alimentan al ecosistema! En el océano, son una fuente de alimento básico para orcas, focas, leones marinos y muchos más, y cuando migran río arriba para desovar, alimentan a osos, lobos, águilas y otros carroñeros que arrastran sus cadáveres a las profundidades del bosque. Aquí, se descomponen para alimentar los suelos y los árboles, lo que permite que estos bosques crezcan y creen cuencas hidrográficas saludables que estabilizan los suelos, reducen la erosión y crean un hábitat para que los futuros salmones desoven y prosperen. Es realmente una increíble red de vida, llena de interconexión e interdependencia.

Al conectar nuestros océanos con nuestros bosques y todo lo demás, la salud de nuestras poblaciones de salmón es fundamental para mantener la salud de nuestros ecosistemas, y viceversa. El salmón es lo que se conoce como especie fundamental por esta misma razón: es la base de la función ecológica de todos estos ecosistemas. Sin salmón, nuestros océanos, estuarios y bosques mueren de hambre, nuestras cuencas colapsan, lo que tiene enormes implicaciones para nosotros y el mundo en el que vivimos.

Con las poblaciones de salmón luchando por todo Cascadia, la solución no es tan simple como «criar salmón nuevo», es más grande que eso. Necesitamos comenzar por cuidar estos ecosistemas que permiten que estos peces milagrosos existan en primer lugar, para crear un mundo mejor para todos nosotros.