La inversión oportuna y eficaz de los recursos en la investigación y el desarrollo tecnológico es vital para el crecimiento de nuestros pueblos.

 Algunos elementos deben garantizarse para el logro de los productos necesarios para el alcance de los resultados e impactos.

De ahí la necesidad de que las propuestas respondan a líneas de investigación lógicamente pensadas por los trazadores de políticas conforme a necesidades, a demandas previamente identificadas con la participación de los usuarios.

 Los productos de una investigación deben llegar a la sociedad para así resolver sus problemas, crear  oportunidades y permitir su avance.

De ahí que, si la investigación es básica, debe especificarse el siguiente proyecto que va a tomar esa información para ser aplicada.

Las investigaciones aplicadas deben contemplar los mecanismos para su transferencia y así evitar que duerman el sueño eterno en los anaqueles de cualquier biblioteca.

El vínculo estrecho entre los que demandan, lo que se hace, quienes lo hacen y los que transfieren, debe existir.

La trilogía investigador, extensionista y usuario, en una retroalimentación constante y efectiva, es la clave para garantizar el éxito en la inversión de los recursos a través de unos indicadores, reales y medibles, de impactos.