Descubren una cultura desconocida de hace 40.000 años en China

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Un artículo publicado en la revista Nature describe el descubrimiento de una cultura única de 40.000 años de antigüedad en el yacimiento de Xiamabei, en la cuenca del Nihewan, situada al noreste de China.

En el lugar, se han registrado los primeros indicios conocidos de procesamiento de ocre en Asia oriental, así como un conjunto de herramientas de piedra con forma de cuchilla que proporcionan datos sobre las industrias de fabricación de herramientas durante un período de transición clave en la historia de nuestra especie.

Realizadas por un equipo del Instituto Provincial de Reliquias Culturales y Arqueología de Hebei (China) y el Instituto Max Plank para la Ciencia de la Historia Humana (Alemania) y de otras instituciones, las excavaciones de Xiamabei aportan nueva información acerca del desarrollo cultural que tuvo lugar durante la expansión de los humanos modernos por el continente asiático, en un período de la historia en el que hubo hibridación cultural y genética entre las poblaciones.

Un conjunto inédito de expresiones culturales

Investigaciones anteriores habían establecido que el Homo sapiens llegó al norte de Asia hace unos 40.000 años, pero aún se desconocía  mucho sobre la forma de vida de estos primeros pueblos, así como sus posibles interacciones con otros grupos prehistóricos.

En este sentido, la cuenca del Nihewan, en el norte de China, ofrece una de las mejores oportunidades para comprender la evolución de los grupos sociales humanos en el noreste de Asia, ya que posee una gran cantidad de yacimientos arqueológicos con antigüedades que oscilan entre 1,7 millones y 10.000 años de antigüedad.

“Xiamabei se distingue de cualquier otro yacimiento arqueológico conocido en China, ya que en el lugar se encuentran indicios de novedosas características culturales desarrolladas por el Homo sapiens en una época muy temprana”, afirma Fa-Gang Wang, cuyo equipo fue el primero en excavar el yacimiento.

Por su parte, Shixia Yang, de la Academia de Ciencias China y coautora del trabajo, señala que “la capacidad de los homínidos para vivir en latitudes septentrionales, con entornos fríos y altamente estacionales, se vio probablemente facilitada por una evolución cultural que trajo adaptaciones económicas, sociales y simbólicas. Los hallazgos de Xiamabei nos ayudan a comprender estas adaptaciones, y su posible papel en la migración humana”, afirma.

Uso extensivo del ocre

Uno de los rasgos culturales más significativos que se han encontrado en el yacimiento es el uso del ocre, como muestra el hallazgo de utensilios para procesar grandes cantidades de este material.

Los análisis realizados bajo la dirección de Francesco d’Errico, investigador de la Universidad de Burdeos y el CNRS (Francia), indican que los diferentes tipos de ocre encontrados en Xiamabei se procesaron para producir polvos de diferente color y consistencia, cuyo uso impregnó el suelo del lugar.

Piezas de ocre y herramientas para su procesamiento encontradas en el yacimiento. / Fa-Gang Wang / Francesco d’Errico .

Entre los artefactos encontrados, se incluyen dos piezas de ocre con diferentes composiciones minerales, y una losa alargada de piedra caliza con zonas alisadas manchadas de pigmento, que representan el primer ejemplo conocido de esta práctica en Asia oriental.

“Los habitantes del lugar seleccionaban el ocre y lo procesaban para extraer pigmentos rojos. No estamos seguros del uso que le daban, pero en otras partes del mundo el polvo de ocre se usaba con fines simbólicos, como el adorno corporal”, explica a SINC Michael Petraglia, investigador del Instituto Max Plack.

Indicios de una industria lítica precoz

En el lugar también se han encontrado herramientas de piedra con una antigüedad fijada en 40.000 años, un descubrimiento que implica una evolución cultural muy temprana, que no se había observado antes en el norte de China.

“Hemos encontrado herramientas con forma de cuchilla muy pequeñas, que demuestra que se usaban herramientas de piedra miniaturizadas mucho antes de que el empleo de este tipo de elementos se volviera sistemático, hace 29.000 años. Es un hallazgo único”, comenta Petraglia.

“La conservación de estas cuchillas es tan buena, que aún podemos ver restos del mango de hueso adheridos a la superficie de una de ellas. Creemos que usarían algún tipo de adhesivo para unir el elemento de corte a un mango, que luego podía utilizarse eficazmente como herramienta de corte o como arma”, añade el investigador.

Los análisis sugieren que siete de las herramientas halladas se utilizaban para perforarraspar pieles, tallar material vegetal y cortar carne. La fabricación de herramientas multiuso con mango demuestra un complejo sistema técnico de transformación de materias primas que no se observa en yacimientos más antiguos —o incluso algunos de menor antigüedad— existentes en la región.

Un desafío a los modelos actuales

Aunque no se han encontrado restos de homínidos en Xiamabei, la presencia de fósiles de humanos modernos en el yacimiento contemporáneo de Tianyuandong, y en los yacimientos más recientes de Salkhit y la Cueva Superior de Zhoukoudian, indican que los habitantes de Xiamabei eran Homo sapiens.

“Sabemos que hubo mestizaje entre Homo sapiens, neandertales y denisovanos gracias a otros yacimientos”, subraya Petraglia.

Según el investigador, su trabajo sugiere que “hubo primera oleada de humanos modernos en Xiamabei —probablemente únicos, tanto biológica como culturalmente—, que no sobrevivieron, siendo reemplazados por otros grupos humanos en migraciones posteriores”.

Los hallazgos de Xiamabei implican que la evolución biológica y cultural de nuestra especie en el continente asiático fue mucho más compleja de lo que se creía, desafiando el modelo actual de colonización, que sostiene que el ser humano se dispersó por la región de forma rápida en un solo evento migratorio.

“Nuestro estudio sugiere que la evolución humana en Asia fue una compleja mezcla de oleadas de avance, con eventos de mestizaje, extinción local de poblaciones, y aumentos demográficos, donde también hubo innovaciones, pérdidas y transferencias culturales entre grupos”, concluye el investigador.

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