Científicos de EE.UU. desarrollan una nueva tecnología que restaura la función celular de los órganos de cerdos muertos

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Un equipo de científicos de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, ha logrado restaurar la circulación sanguínea y las funciones celulares de todos los órganos de cerdos muertos una hora antes. El avance, que podría mejorar las posibilidades de trasplantes viables en el futuro, se ha publicado este miércoles en la revista Nature.

El experimento demuestra que es posible ralentizar el rápido deterioro que sufre el organismo después de la muerte con la administración de un líquido especialmente diseñado proteger las células de órganos y tejidos. 

«Todas las células no mueren inmediatamente, hay una serie de eventos más prolongados. Se trata de un proceso sobre el que se puede intervenir, detener y restaurar algunas funciones celulares», explica unos de los coautores, David Andrijevic, de la Escuela de Medicina de Yale.

Primero con un cerebro 

En 2019, el equipo investigador, liderado por el neurocientífico Nenad Sestan, logró este mismo hito con el cerebro de un cerdo muerto, en un experimento que se denominó ‘BrainEx’. Ahora, extendido a todo el organismo, el estudio ha pasado a llamarse ‘OrganEx’, puesto que se basaba en la misma tecnología, aunque modificada.

«Si entonces fuimos capaces de restaurar algunas funciones celulares en un cerebro muerto, un órgano conocido por ser más susceptible a la isquemia, nos planteamos si se podría lograr algo similar con otros órganos vitales trasplantables», expone Andrijevic.

La tecnología, señalan, está compuesta por una máquina de perfusión, similar a las que imitan el trabajo del corazón y pulmones durante trasplantes, y por un fluido experimental que contiene compuestos que pueden mantener la salud celular y evitar la inflamación en todo el cuerpo del cerdo.

Bomba de perfusión (c. 1935), dispositivo temprano para simular la perfusión natural. Foto: Sage Ross /Wikipedia

Se mantienen las funciones del corazón

Así, a los animales, previamente anestesiados, se les aplicó el tratamiento con ‘OrganEx’ una hora después de inducir un paro cardiaco. Seis horas después, los expertos constataron que ciertas funciones celulares clave seguían activas en muchas zonas del organismo de los cerdos, como en el corazón, hígado y riñones.

Asimismo, lograron restaurar algunas funciones en el corazón, donde detectaron evidencias de actividad eléctrica, con lo que este órgano mantuvo su capacidad para contraerse.

«También conseguimos restaurar la circulación por todo el cuerpo, lo cual nos sorprendió», celebra el neurocientífico Sestan, puesto que, normalmente, los órganos comienzan a hincharse y el colapso de los vasos sanguíneos bloquea la circulación en cuanto el corazón se para. 

Los órganos de los cerdos fallecidos tratados con ‘OrganEx’ parecía que «funcionaban», apuntan los investigadores. Tras el descubrimiento de 2019, los expertos han hallado ahora pruebas de que algunas zonas del cerebro recuperan su actividad celular, si bien no han detectado actividad eléctrica organizada que indicase la existencia de consciencia.

En cambio, sí se han registrado movimientos musculares involuntarios y espontáneos en la cabeza y cuello de los animales, lo que sugiere que retuvieron ciertas funciones motoras, señala Sestan.

La tecnología de la Universidad de Yale podría mantener en buen estado durante más tiempo órganos que están siendo trasplantados y, a la vez, esto ampliaría la disponibilidad.

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