Me acuesto sobre ti, porque queriendo descansar, me doy cuenta que debo seguir
En los momentos en que nos ahogan las circunstancias de la vida me detengo en lo absoluto del inmenso tiempo para decidir avanzar o simplemente quedarme varado.
Miro lleno de paciencia y pareciera que se seca mi esperanza. En ocasiones veo lo mismo y el mismo camino, pero vuelvo atrás y me digo hay que seguir.
Si, hay que seguir porque el descanso sin tiempo adormece y aunque parece difícil no ha muerto la esperanza, solo nos abruma el difícil momento. Hay que seguir sin descansar porque aunque cuento con tu apoyo llegará el momento en que ni tú podrás estar encima de mi, ni yo de ti.
La sombra inquieta se duerme esperando por mi, pero el sol nos abraza sin piedad queriendo mostrar su apoyo, sin embargo es duro e implacable para ambos.
Mis vecinos languidecen en el olvido secos de agua, llorosos en el manantial y muertos de sed.
Siento que hay que seguir y vale la pena, pues ya no importa el silencio, ni el agua, ni el sol, se que importo yo con mis circunstancias.
Es cuando pienso que no se lo que tú piensas para ver el camino casi igual pero con destinos diferentes. Es ahí donde me orienta la marea para quedarme en el mismo lugar o determino seguir, seguir y seguir.
Tengo razón debo seguir aún cuando ya no quiera ver la verdad, la miraré para seguir. Aún cuando parezca difícil y crea que me ahogue voy a seguir. Aún cuando todo termine te aseguro que no me detendré, pues no quiero verte morir en medio de la caricia cruel de la noche y el caliente insoportable del día.
Te aseguro que estando lejos estaré cerca y estando tan cerca descanso sobre tu piel dura inclemente en el tiempo pero junto a ti.
Aún así necesito seguir por ti , por mi, por la lluvia, por el viento, por el agua, por la leña, por la sombra, pero sobre todo por la ilusión de hacer un intento más para ver la vida de otra manera ni seca ni triste, solo viva y en abundancia.
Adelante, no importa, hay que seguir.
Fotografía: José Luis Torres
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