¿Se les olvidó como se investiga un fármaco. ¡Qué vergüenza!

02-07-2021
Anjá
Ojalá, República Dominicana
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En estos días en que los médicos dominicanos pasamos por la vergüenza de ver a algunos de nuestros colegas dejarse usar como preservativos para justificar el uso de medicamentos no aprobados por nadie, sería bueno recordarles el porqué la OPS-OMS cuestiona el uso de esquemas de vacunación que aún no han sido comprobados por estudios calificados, es decir eso es un invento.

Recuerdo perfectamente cuando estudiaba la clase de farmacología en la Universidad de Buenos Aires, que uno de los profesores nos enseñaba una máxima inviolable en esta área del saber: ¨cuando usted mezcla dos medicamentos está creando uno nuevo en el organismo del receptor y los efectos secundarios pueden ser mayores porque se suman o se crean algunos nuevos¨.

Pues de eso es que se trata, si usted, como lo anunció alegremente alguien que no tiene la mínima idea de lo que es este tema porque nunca se sentó en un aula de una facultad de medicina en su vida, plantea inocular una tercera dosis de vacuna diferente a las dos primeras que ya fueron recibidas, está creando un medicamento nuevo y hay que estudiar los efectos que podría provocar sobre el organismo humano.

No decimos que esto no es posible, ni negamos la posibilidad de hacerlo, pero lo cierto es que hasta este momento no existen estudios que soporten una conducta clínica que justifique esta conducta, podría aparecer alguno en los próximos meses, pero es imposible demostrar eficacia y sobretodo seguridad con el uso de la mezcla propuesta.

Lo primero es que no existe una vacuna en el mercado que tenga una autorización definitiva para su uso, es así como se lee, todas incluyendo Pfizer, Sinovac, Asta Zeneca, Moderna y cualquiera que se le ocurra, son usadas con una licencia de EMERGENCIA otorgada por la FDA de los Estados Unidos, la Agencia Europea de Medicamentos y recomendadas por la OMS, porque todavía no es posible conocer sus efectos secundarios en en el mediano y largo plazo.

Solo se tienen datos de 3 fases de investigación: fase 1, para determinar eficacia; fase 2 que demuestra eficacia y seguridad usando grupos pequeños de personas y fase 3 donde se usaron dosis para grupos mas grandes e inmediatamente se sometieron los resultados a un grupo de especialistas imparciales para dar una aprobación de emergencia.

Y se hizo de emergencia por la situación de la pandemia, pero las farmacéuticas se mantienen permanentemente realizando estudios para determinar los efectos secundarios a largo plazo, ESO NO SE SABE TODAVIA, y por eso es que se han reportado casos de trastornos de coagulación, miocarditis, trombosis del seno frontal y algunas muertes con varias marcas de vacunas.

Entonces es claro que estamos frente a un asunto serio que no se puede tratar de forma tan superficial como lo hemos hecho en la Republica Dominicana, y suponemos que esa fue la razón por la que la OPS-OMS emitió una advertencia al país de que se dedicara a completar el esquema completo de vacunación y en palabras mías, se deje de estar inventando.

Lo más sorprendente para quien escribe, medico de profesión y oficio de más de 40 años en el área donde más se aplican medicamentos peligrosos, anestesiología y cuidado crítico, es la alegría con la que algunos de mis colegas se sentaron a santificar lo injustificable, usar dos médicamentos diferentes, vacunas, en un mismo paciente sin contar con los estudios clínicos que muestren EFICACIA Y SEGURIDAD.

Pues en la Argentina, específicamente en la ciudad de Buenos Aires, se ha presentado una situación en que se plantean usar una vacuna diferente a la que se usó dando una primera dosis. La razón es la escasez de la vacuna Suptnik V, que no es el caso dominicano, y por supuesto lo que se anuncia es un estudio clínico que demuestre EFICACIA Y SEGURIDAD antes de ser vacunada la población general.

En el día de hoy viernes, el ministro de Salud de la ciudad Fernán Quiroz, realizó un llamado publico a personas mayores de 21 años de edad, que hayan recibido la primera dosis de la vacuna rusa Sputnik V, para inscribirse de modo voluntario y participar de un ensayo clínico para probar una combinación de vacunas.

Esto está publicado en la edición del día del periódico Clarin, el de mayor circulación de la Argentina.

Se hace el llamado a todas estas personas quienes podrán inscribirse si cumplen con esos requisitos, mayores de 21 años y mas de 30 días de vacunados con una dosis de Sputnik V; los participantes serán escogidos al azar tomando una muestra representativa y serán inoculados con una de tres vacunas: Sputnik V2, Sinovac o Astra Zeneca.

Una vez vacunados se les tomaran muestras de sangre durante un mes, para estudiar la respuesta inmune y los efectos adversos de cada combinación de vacunas, de modo que se tengan datos seguros que soporten, si es que resultan eficaces, el uso de alguna de estas combinaciones en la población en general.

Claro, esto lo hace cualquier país que tenga como prioridad la protección de su población y, sobretodo, ofrecer seguridad a la hora de proveer un medicamento cualquiera como forma de combatir una enfermedad, para nada tomar decisiones sobre titulares de periódicos e informaciones de prensa que muy fácilmente podrían tener un interés marcado por el uso, en este caso, de una vacuna de una marca específica.

Es una vergüenza para los médicos dominicanos, que tenga que venir la OPS-OMS a poner en su lugar un tema que es el ABC de nuestra profesión, ¨PRIMUN NON NOCERE¨ dijo Hipócrates hace varios siglos, ¨PRIMERO NO HACER DAÑO¨, es la máxima latina que le advierte a cada médico los límites de su oficio, y la única forma de cumplirlo es actuando sobre la base solida que dan los datos de los estudios clínicos.

Nadie puede negar que no existen datos suficientes que avalen la mezcla de vacunas, una cosa es una tercera dosis, una cuarta o una quinta del mismo medicamento, y otra muy diferente usar mezclas de vacunas que aún no han sido probadas en ningún lado, seamos más responsables que nadie conoce los efectos secundarios a largo plazo de ninguna de esas vacunas.