Contexto

14-07-2022
Anjá | Mundo
Público, España
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Voy con una frase quizá provocadora pero no por ello menos cierta: Pedro Sánchez ha entendido que para salvarse a sí mismo debe hacer lo que Podemos lleva diciéndole 8 meses que haga. Y ahora voy con el contexto (que es una cosa que se ha puesto muy de moda últimamente) para entender esta frase.

El euro está en su mayor punto de debilidad frente al dólar en los últimos 20 años. Es verdad que un euro débil puede favorecer el turismo y a los exportadores, pero refleja la pérdida de peso internacional de Europa frente a EEUU. La guerra de Ucrania es mucho más dañina para Europa que para EEUU, esto es así. EEUU se puede permitir subir los tipos; en Europa la subida de tipos de interés es devastadora por la hostia energética que suponen las sanciones a Rusia. No descarten que en poco tiempo Alemania, el corazón económico de Europa, diga que hay que terminar con la guerra como sea y acabar con las sanciones a Rusia porque no se pueden permitir un estallido social y empresarial. 

Contexto económico.

La inflación está desbocada y es un problema que viene de atrás. Viene de la pandemia por problemas de oferta y los cuellos de botella internacionales. China no fabrica ni exporta tantas cosas cosas como antes. Pero este problema se ha visto acentuado por una guerra que está reventando los precios energéticos que vienen de fuera.

Ante este contexto: ¿Qué puede hacer el gobierno de coalición? ¿Se puede parar la inflación con instrumentos de política estatal? No. Lo que se puede hacer es decidir como se reparte la hostia de la inflación. Se puede decidir si se la llevan los ricos o se la llevan los pobres. Si gobierna la derecha la respuesta es obvia. Y quizá ahora Sánchez ha entendido que si en esto también se hacen políticas de derechas, como con la masacre de Melilla y el gasto militar, el que va a morir es él. Y esta vez el asesino no sería Ferreras, sino la propia torpeza del presidente.

El Gobierno de momento ha tratado de frenar la hostia de la inflación con el tope al gas (así se desconecta un poco el precio del gas de la inflación) pero las eléctricas son poderosas y suelen influir más de la cuenta al PSOE.

¿Qué le toca hacer ahora al Gobierno? Pues en mi modesta opinión toca implementar medidas de izquierdas para que la hostia se la lleven los ricos. Reforma fiscal para que las rentas altas, entidades financieras y energéticas se lleven patrióticamente la hostia de la inflación. Y al mismo tiempo, toca impulsar una transferencia de rentas (salario en especie) a las familias españolas. Por ejemplo, subvencionar el abono transporte y dar más cheques a las familias humildes para que puedan resistir la inflación.

Contexto político.

El contexto político es un debate del estado de la nación con el elefante Ferreras definiendo el rol mafioso de una parte fundamental del periodismo español, para machacar a la izquierda. Es posible que Sánchez haya entendido que Roma no paga a traidores y que después de «matarnos» a nosotros, el objetivo de la mafia mediática es volver a llevar al PP, esta vez con VOX, al Consejo de Ministros. Es verdad que Sánchez se podría buscar la vida en una institución internacional y dejar a su partido en cuadro, pero creo que conozco al presidente lo suficiente para saber que no hay nada que prefiera a seguir siendo Presidente del Gobierno. Y eso no es malo.

Todos los medios, sobre todo la derecha mediática, coinciden en que la noticia del debate sobre el estado de la nación es que hay un giro a la izquierda. Tras la masacre de Melilla que retrasó el plan de Pedro Sánchez de encarar lo que queda de legislatura con un discurso más de izquierdas, el debate parlamentario le ha dado la oportunidad de implementar el plan comunicativo que le han diseñado, con dos medidas estrellas de inspiración podemita: impuesto a la banca y a las eléctricas. Ya era hora.

A ver si ahora entiende también que apostar en serio por parar la guerra, como le lleva diciendo meses la ministra Belarra, es también condición de posibilidad de su supervivencia. Ojalá llame a Scholz, el presidente alemán, que es de su mismo partido, y le diga que cuenta con su apoyo para un viraje pacifista.