“No estés triste”

28-02-2021
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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⏱️ 5.10 min

Expresar fragilidad ha sido siempre, y no parece que cambiará en lo inmediato, un tema tabú.

Todos los problemas de salud física tienen una naturalidad para enfrentarse, no así los de salud mental. Un dolor de dientes, en las piernas, de cabeza y hasta los de índole sexual reciben atención inmediata. No hay vergüenzas para enfrentarlos.

Mientras que en el coctel anímico, hay días peores que otros. Despertar y no poder levantarse de la cama, no conciliar el sueño, cambios en el apetito, irritarse por todo fácilmente, mirarse al espejo y sentir odio por lo que ves, cansancio permanente, empezar una tarea y no terminarla, sentirse inútil o frustrado no se resuelven con un “no estés triste”.

La situación es peor para los que siempre han sentido que deben ser fuertes, que no pueden desfallecer o que deben ser soporte y ejemplo para los demás.

Ni hablar de los pocos psicólogos y psiquiatras en el sistema público, el costo de las terapias y el desconocimiento de las señales para ayudar a los que están mal. 

Pocos pueden acceder a un tratamiento psicológico, viviendo con un salario mínimo y con dificultades para llegar a fin de mes.

La pandemia, siempre hay que mencionarla, ha destapado con mayor fuerza y crudeza lo olvidada que ha sido la salud mental en el mundo y, específicamente, en la República Dominicana. Es, como ha dicho el diputado Íñigo Errejón, de Más País en España, la pandemia de la que no se habla, la próxima ola que debemos enfrentar. Perder el empleo, no poder gestionar correctamente la pérdida de un ser querido por las nuevas normas, entornos frágiles, las noticias que agobian y el aislamiento han jugado un papel en todo esto.

He querido hablar con la doctora Laura Pou, especialista en Salud Mental infanto-juvenil y adultos, en trastornos de la conducta alimentaria sobre este tema.

Las preguntas y respuestas están aquí:

¿Por qué resulta tan difícil hablar de salud mental y buscar apoyo?

En nuestra cultura, no estamos acostumbrados a buscar ayuda. El que habla de salud mental “está loco”, y nadie quiere estar loco. El que busca ayuda, es “débil”, y nadie quiere ser débil.

Esta es la cultura en la que la gente se traga sus sentimientos y emociones. El que siente y se queja, está mal. El que busca ayuda, también.

¿Cuáles son las principales señales, los comportamientos ocultos de una enfermedad mental?

Principalmente, los cambios en el patrón de sueño y en el apetito. Cambios en la conducta, como ira, irritabilidad y tristeza. Respuestas que no son las adecuadas, según la situación. 

Este tipo de cosas, usualmente, son las que nos llaman la atención. La pérdida del disfrute, de hacer algo que hacías, el aislamiento y no querer compartir son algunas de las señales que podríamos tomar en cuenta para determinar que una persona puede estar padeciendo una enfermedad mental.


¿Cuándo debo buscar ayuda?

Desde que se presentan los síntomas mencionados. Desde el principio, desde que usted vea que hay cambios de conducta. Mientras más tempranos se interviene, más fácil es de resolver.

¿Cuáles cambios emocionales ha dejado la pandemia por el COVID-19?

Mucho miedo, mucha ansiedad e irritabilidad. Cambios en el sueño y en el apetito de la gente.

¿Cómo gestionar el estrés, provocado por el encierro en niños y adolescentes?

Primero, teniendo paciencia. Si esto ha afectado a los adultos, imaginemos cómo será para los niños y adolescentes que tienen tanta necesidad de socialización con grupos. 

Paciencia, pongámonos en sus zapatos, tratemos de buscar actividades en las que ellos puedan alejarse un poco de todas las situaciones que están viviendo.

Otra cosa que podemos hacer, nosotros mismos (adultos), es cambiar conductas que puedan ser dañinas para ellos. 

¿Cómo ha afectado a niños y adolescentes la escolaridad no presencial y el aislamiento?

Les ha afectado de dos maneras:

Desde el punto de vista académico, muchos niños necesitan la supervisión de un profesor, de un tutor. Se han visto en desventajas en muchas ocasiones por algún trastorno de aprendizaje o por la manera diferente de aprender, principalmente los «pacientitos» de TDH y de TA, pues sus terapias han sido interrumpidas o han cambiado la modalidad. 

Esto ha hecho que se interrumpa esa búsqueda de que el niño se adapte, lo mejor posible, al ambiente que le rodea.

En cuanto a la parte de sociabilidad, niños y adolescentes tienen la necesidad de la socialización, y esto se hace a nivel escolar. 

Al estar de una manera no presencial, se ha perdido mucho esto. Una de las cosas que los niños más manifiestan es que extrañan a sus compañeritos de curso.

¿Qué casos ve con más frecuencia a partir del inicio de la pandemia?

Trastornos de ansiedad. Se publicó un estudio que indica que cuatro de cada 10 dominicanos ha sido diagnosticado con ansiedad desde el inicio de la pandemia.

¿Cuáles son los recursos para el acompañamiento profesional adecuado en nuestro país?

Los recursos son pocos. En las unidades de Psiquiatría y Salud Mental, en los diferentes hospitales públicos, se sigue dando consultas y apoyo al paciente. Desde el principio de la pandemia, el Ministerio de Salud Pública habilitó teléfonos de psiquiatras y psicólogos para asistir a las personas que los necesitaban.

¿Es el costo de las terapias de salud mental un freno para buscar ayuda?

Sí, muchas personas no tienen la posibilidad de pagar una consulta. A pesar de que hay lugares en donde la consulta es gratis, los turnos están muy lejos. Muchos de estos lugares no tienen el personal capacitado suficiente para todos los pacientes, y eso también es una dificultad.

Es muy importante decir que los seguros ARS no cubren consultas de Psiquiatría ni las medicaciones necesarias, siendo otro inconveniente.

Como siempre, la Psiquiatría ha sido la especialidad médica cenicienta y dejada atrás.

¿Cómo podemos gestionar los cambios para mantener la estabilidad mental y emocional?

Lo mejor es ser adaptables. Saber que esta es una situación extraordinaria, que no somos los únicos viviendo esto. Que todos nos hemos tenido que adaptar, que cada quien está buscando la mejor manera de colaborar con los demás para sobrellevar esta situación.

Si somos empáticos, si nos ponemos en los zapatos de los demás, podemos gestionar mejor estos cambios en lugar de frustrarnos o irritarnos por ellos.

Es muy importante buscar ayuda profesional en el caso de ser necesaria. Aceptar cuando las cosas se nos van de las manos, no querer autogestionar algo que no podemos gestionar. Hay que ser sinceros con uno mismo y, si es algo que nos desborda, buscar ayuda.

Normalicemos compartir lo que sentimos, estar pendientes y apoyar a los demás. Normalicemos el apoyo psicológico, el querer estar bien física y mentalmente, pedir las inversiones necesarias para los programas de salud mental.

Una ñapita:

Higiene del sueño: https://www.instagram.com/p/BcChs28hm52/?igshid=1vja0m1kjg9qy

Ansiedad en tiempos de coronavirus: https://www.instagram.com/p/B91g1Gdpkph/?igshid=mrpmauf1hm4g