Igualdad de Género

18-07-2023
Inclusión
Ojalá, República Dominicana
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En los últimos años, en debates sobre violencia de género y abuso doméstico, es comúnmente aceptado que las mujeres son las principales víctimas. Sin embargo, también existe una realidad silenciada y poco reconocida: los casos en los que mujeres abusan de hombres, utilizando a sus propios hijos como instrumentos de control y manipulación.

Estos casos de abuso, aunque menos visibles, merecen ser abordados y comprendidos para garantizar la protección de todos los miembros de la familia.

Es cierto que en los últimos tiempos hemos sido testigos de una preocupante forma de abuso que se ha originado en algunas situaciones de separación o divorcio: el uso de los hijos como instrumento para provocar confrontaciones y causar daño emocional a los hombres involucrados.

Contextualizando el fenómeno en este tiempo y rompiendo estereotipos, hay que reconocer lo siguiente:

-El mito de la mujer siempre como víctima y el hombre como agresor. Que siempre ha sido deliberadamente «normal».

-Es importante abordar todos los tipos de abuso sin distinción de género.

Manifestaciones de abuso por parte de mujeres hacia hombres:

La manipulación emocional o alienación parental puede llevar a los hijos a experimentar sentimientos de culpabilidad por querer pasar tiempo con su padre, lo que crea un ambiente de tensión y alejamiento.

Además, esta estrategia suele acompañarse de acusaciones falsas de abuso o violencia, generando un clima de desconfianza y hostilidad que afecta negativamente el bienestar de todos los implicados.

Falsas acusaciones de abuso: una estrategia para perjudicar al padre y ganar ventaja en disputas legales.

Violencia física y emocional: casos en los que la madre maltrata directamente a los hijos y utiliza esta situación para controlar al padre.

En el contexto de las separaciones y divorcios, podemos incluso encontrarnos con una situación alarmante, que afecta a muchos hombres: el secuestro parental por parte de mujeres que buscan privar a los padres de tener contacto con sus propios hijos. Este acto extremo, aunque menos común que en otros casos de secuestro, deja cicatrices emocionales profundas en todas las partes involucradas.

Impacto psicológico en los niños:

La ausencia forzada de contacto tiene un impacto devastador en la vida tanto de los padres como de los niños. Ya que el sentimiento de pérdida, la angustia y la incertidumbre generan una profunda tristeza y frustración, que conlleva efectos emocionales y psicológicos por ser ellos utilizados como herramientas en conflictos parentales. Ya que con esto acarrea el deterioro de las relaciones familiares y la pérdida de la figura paterna.

Las repercusiones serán evidentes a largo plazo en el desarrollo y bienestar de los niños. Puesto que se debe reconocer la importancia de visibilizar esta forma de abuso para brindar apoyo a las víctimas que en este caso son los niños y los padres.

Por ende, mejorando las legislaciones y los sistemas de protección infantil en todos los países para abordar adecuadamente estos casos.

Hay que promover la co-paternidad y la comunicación saludable entre los padres separados para prevenir estos abusos en especial los secuestros.

También será muy necesario implementar nuevas medidas más efectivas para evitar y solucionar casos de secuestro parental. De igual modo, aplicar políticas públicas que promuevan una rápida respuesta de cooperación internacional y protocolos de actuación en este tipo de problemas.

Seria imprescindible que la sociedad, los profesionales del derecho y las autoridades tomen conciencia de esta realidad y proporcionen el apoyo necesario a aquellos hombres que están pasando por esta dolorosa situación.

La atención y el apoyo psicológico tanto para los padres como para los hijos, así como un enfoque más sensible y centrado en el bienestar de los niños en los procesos legales, ya que son fundamentales para mitigar las consecuencias emocionales y garantizar la pronta reunificación familiar.

En conclusión, el abuso de mujeres contra hombres utilizando a sus hijos es una realidad dolorosa y poco reconocida. Para garantizar una sociedad justa y equitativa, debemos romper con los estereotipos de género y abordar todos los casos de abuso doméstico de manera inclusiva.

Es fundamental trabajar en conjunto para crear conciencia, brindar apoyo a las víctimas y mejorar los sistemas de protección infantil, con el objetivo de salvaguardar el bienestar de todos los miembros de la familia en especial la de los niños.

Nadiesda Sánchez es una dominicana residente en España, licenciada en Comunicación Social mención Periodismo, de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), y con maestría en Periodismo Digital y Diseño Gráfico, de la Universidad Antonio de Nebrija.