Estudio científico demuestra que estrés de la ciudad afecta genes de las aves

03-06-2021
Ciencia, Tecnología e Innovación
RTVE, España
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La vida frenética de las grandes zonas urbanas no solo afecta a los seres humanos. Un estudio científico ha evidenciado cómo el estrés en las ciudades ha modificado los genes de los pájaros.

La Universiad de Lund, Suecia, ha publicado un trabajo en colaboración con centros como el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona comprobado que los ejemplares de los carboneros comunes (una especie habitual en las grandes ciudades europeas) muestran diferencias si se compara a los que viven dentro de los núcleos urbanos y los que lo hacen fuera de ellos.

En concreto, el estudio muestra cómo los genes de estas aves han regulado su capacidad cognitiva y los comportamientos que son más importantes para sobrevivir en las ciudades. Es decir, su genoma se ha adaptado a la contaminación acústica y atmosférica, la contaminación lumínica en durante la noche y a la proximidad con las personas.

El estrés de la ciudad vuelve a las aves más agresivas

«La ciudad favorece individuos más proactivos, más valientes, más exploradores o más agresivos«, ha explicado Joan Carles Senar, ornitólogo del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y colaborador del estudio.

Para la muestra, los investigadores han estudiado a las aves de Malmö, Madrid, París, Barcelona, Lisboa y otras 4 ciudades europeas. A través de la extracción de sangre han podido descubrir que los genes de los carboneros comunes de sus respectivas ciudades distan de los de sus parientes del entorno rural próximo.

Pájaros sin miedo en las ciudades

Senar ha puesto como ejemplo que «los pájaros de ciudad tienden a perder el miedo, ya que no les ayuda a la hora de encontrar nuevos recursos, mientras que para las aves de campo esta emoción sigue siendo muy útil para escapar de los predadores».

Según el investigador, este estudio es el más importante y ambicioso sobre cómo los entornos urbanos afectan al genoma y, por tanto, al material genético de los animales que viven en ellos. En total, han examinado 192 carboneros comunes entre las poblaciones de las nueve ciudades y concuerda con otro estudio americano de la Universidad Estatal de Virginia.

Los científicos extrajeron muestras de sangre de las aves y la analizaron genéticamente. «Hemos analizado más de medio millón de genes repartidos por todo el genoma, y hemos encontrado unos cuantos que han cambiado claramente en respuesta al medio urbano», ha resumido Caroline Isaksson, investigadora jefa del estudio.

Salmón ha declarado que «es sorprendente que las ciudades, que son un fenómeno reciente desde una perspectiva evolutiva, dejen su huella en el genoma de las aves». «El hecho de ver esta adaptación precisamente en esta especie es también bastante sorprendente», según Isaksson.